La Semana Grande gijonesa tiene música para todos los gustos. También heavy, de la mano de los asturianos "Warcry", que actúan esta noche (23.00 horas, entrada gratuita) en el escenario de Poniente. Su líder, Víctor García González (Brisbane, Australia, 1970), no oculta que, después de recorrer medio mundo, tocar en casa le tira y mucho.

- ¿Ganas del concierto?

-Claro. Para nosotros tocar en Asturias es siempre un aliciente. Es un orgullo tocar en la Semana Grande de Gijón pero también todo un reto, porque ya sabe que en casa hay que jugar siempre mejor que fuera. A eso venimos, estamos dispuestos a ello, volcados en este concierto. Van a ser más de dos horas con toda esa energía.

- ¿Cómo es su público?

-Es muy entregado. Participa cantando las canciones, disfruta durante el concierto y estamos muy encantados con él. No es un público excesivamente serio, saben a lo que van: a cantar, pasarlo bien y olvidarse de todos los problemas cotidianos.

- ¿Y su público de América Latina y Estados Unidos?

-Muy parecido al de España. Su único problema es la distancia. Cuando tienes algo cerca no lo aprecias tanto, así que el público latino sabe que en cada ocasión que saltamos el charco, vamos a tardar en volver. Por eso es mucho más pasional, porque saben que no es algo tan habitual.

- ¿Cómo llega un grupo asturiano a tener fans en el otro lado del charco?

-Internet. El resumen es internet. Ha sido un cambio total, con el método de antes hubiera sido mucho más complicado. También es verdad que antes había otro tipo de referencias que ahora con internet no existen. Un like en una página de Facebook no significa que la gente vaya al concierto, pero te da perspectiva de en qué países tienes fans y dónde puedes ir.

- Internet tiene estas cosas buenas, pero también otras malas para la industria musical, como el pirateo.

-Yo creo que poco a poco vamos aclimatándolos. Había una industria montada de una manera y cuando llegó internet todo eso se fue al garete. Pero cuando Guttenberg inventó la imprenta seguro que todos los copistas pensaron lo mismo. Al final, el mundo gira y hay que girar con él si quieres seguir avanzando. Si no, te quedas atrás.

- ¿Alguna vez soñaron con poder cruzar el charco para tocar?

-Soñar siempre. Pero somos un grupo muy muy realista. Vamos poco a poco, paso a paso, nos pensamos mucho las cosas que hacemos. Vivimos muy al día y agradecemos mucho el trato que nos da el público, las experiencias vividas, que no tienen precio.

- ¿Cuál es la clave para aguantar más de tres lustros en el mundo de la música?

-Pasión. Todo se resume en eso: pasión.

- En este tiempo mantuvieron la esencia, pero probaron nuevos mundos, con la música sinfónica, por ejemplo

-Sí. No hay límites en ese aspecto. Nosotros funcionamos con unos gustos pero nunca llegan a limitarnos. Dentro del mundo del heavy tenemos la suerte de que hay muchas tendencias y, con ellas, muchas posibilidades. Incluso también fuera del mundo del heavy, por ejemplo a nivel orquestal, que es una cosa que nos gusta mucho.

- ¿Cuál es el nivel actual de la música asturiana?

-Muy alto. Tenemos la suerte de estar presentes en los premios AMA y estar ahí te permite tener una visión de la realidad de lo que se está haciendo en Asturias a nivel musical o creativo, que es de mucha calidad. Y a eso hay que sumarle todos los movimientos culturales a otros niveles, fuera del mundo de la música. Siendo una provincia pequeña, tenemos un gran potencial.

- ¿Qué les queda por hacer en el mundo de la música?

-Muchísimo. Si no pensáramos eso, sería hora de tirar la toalla. Trabajar más en el tema audiovisual, que lo tenemos muy abandonado; seguir avanzando disco a disco; seguir visitando países y asentándonos más en otros. Aún queda mucho sueño por conseguir, queda mucho por intentar hacer. Somos un grupo que vamos avanzando muy poco a poco, pero que vamos avanzando. La meta es esa: seguir tocando, creciendo y mientras nos quede esa energía, ahí estaremos.