La comunidad motera MOCAI, Motoristas Contra el Abuso Infantil, organizó ayer una quedada en el barrio de Llaranes en la que participaron decenas de moteros de toda Asturias. La asociación lleva cuatro años instruyendo a hijos y padres sobre protocolos de actuación en casos de abuso de menores. "Hablamos en colegios acerca del 'bullying' con posibles víctimas de acoso y les explicamos cómo tomar medidas preventivas", comenta José Luis Álvarez, vicepresidente de MOCAI. "Druida", como se hace llamar Álvarez en estas charlas, explica que su cambio de nombre se debe a que "el acoso empieza con apodos como 'cuatro ojos' o 'palillo'", con propósitos despectivos. "Aquí escogemos el apodo nosotros, no nos lo imponen", argumenta. Este es uno de los mecanismos con los que cuentan para llegar a los chavales, quienes suelen sentirse atraídos por la estética motera y se animan "a atender y a participar más". "Vamos con las motos y les dejamos interactuar con ellas, no nos limitamos a soltar un discurso e irnos". Asegura que así logran conectar mejor con los jóvenes.

"Le sugerí la idea a José Luis Álvarez de hacer una quedada de motos en el barrio y me dijo que podía contar con ellos", relata Aaron Macías, de la Comisión de Festejos de Llaranes. Afirma que los vecinos siempre muestran su apoyo a la actividad, que se realiza desde hace cuatro años durante las fiestas patronales. "Es algo que llama la atención", continúa, "muchos se acercan a hacer fotos". Miguel Ángel González y Teresa Yáñez acudieron al encuentro con su Kawasaki. "Solemos ir juntos a quedadas solidarias", cuenta la pareja. La jornada se completó con una ruta de dos horas y media por los alrededores, una comida con todos los asistentes y juegos "moteros" durante la tarde.