Agosto se disfrazó de febrero y Luanco celebró el carnaval con calorcito y mucha imaginación. Antes de la macrofiesta -o lo que sea- de los adultos por la noche, los más pequeños disfrutaron de su carnaval de verano en el muelle viejo de la villa, con varias actividades para ellos y un despliegue de seguridad para evitar disgustos, que no está el horno para bollos.

Entre las nuevas medidas de seguridad, una valla que impedía a los pequeños acercarse al mar. Aunque el pequeño Bruno Rodríguez, ante la imposibilidad de saltarla, optaba por pasar por debajo. Los riñones de su padre notarán hoy el esfuerzo hecho ayer, porque el pequeño samurai era persistente.

Eso sí, en caso de cumplir su objetivo, Bruno contaría con otra protección: los socorristas navegaban por el entorno para prevenir cualquier incidente. Si usas cinturón y tirantes, difícil que se te caiga el pantalón. Un diez a la seguridad.

La cita marcaba México como tema para el carnaval y la sugerencia tuvo el éxito habitual: relativo. Había mucho azteca por el muelle, pero también emoticonos, el samaurai Bruno ya comentado, que jugueteaba con un luchador, príncipes y princesas, piratas y policías...

Celia Rodríguez, Daniel González, Sofía Cuervo, Paula Campa, Marta Rodríguez, Julia González y Laura Cuervo inmortalizaban su mariachi con un selfie. Otro mexicano escanciaba sidra un poco más allá. México triunfó, pero el escaparate de disfraces era muy amplio.

Iván Esteban y Cristina Guerrero completaban con su pequeño Iker un trío policial bastante simpático. Aunque uno siempre mira si lleva puesto el cinturón de seguridad, por si acaso.

Isabel Fidalgo y la pequeña Paula del Valle se decantaron por Minni Mouse, mientras que las hermanas Llara, Nora y Lía Borja, con su amiga Candela Alonso, se inclinaban por las súper heroínas. Disfrutaban por primera vez del carnaval infantil. Asturianos en la diáspora, sus familias decidieron este año regresar a la tierrina para disfrutar de un verano fresquito, lejos de Madrid. Y al saber que había un carnaval... Víctor y Pablo Borja echaron a volar a las pequeñas.

Hubo muchas cosas que hacer en la fiesta. Sergio Navarro aprovechó bien el tiempo y ganó el concurso de dibujo. No se sabe si participó en el karaoke. La cosa empezó regular. Dos niños seguidos eligieorn cantar a Enrique Iglesias. El tercero, el "Despacito". El cuarto, algo inindetificable por un oído medianamente educado. La educación musical siempre fue un grave problema en España.

Más sentido común al oído aportó la charanga avilesina "Menudos notas", que comenzó a animar la tarde en el muelle viejo y salió luego en procesión por las calles de Luanco. Sólo hasta las diez de la noche, repetían los concejales presentes. "Esto sí lo organiza el Ayuntamiento", señalaban Alba Escandón y Dani Fernández. Fiesta limpia y segura. Fiesta con niños, con imaginación y sin lío.

Si se les nombraba la otra, la que llegaría a continuación, la cosa quedaba clara: "Eso no lo organiza el Ayuntamiento". Aunque el Consistorio aportará lo necesario para mantener un cierto orden.

Según con quién se hable en Luanco, la fiesta del carnaval de verano empezó en un año u otro. Eso sí, todos señalan a hace unos treinta años. Era una fiesta tranquila, en el añorado "Valpa", los "Jardines de Valparaíso", que servía de despedida del verano. De aquella idea se nutre el carnaval infantil. Las calles, después, quedaron para un carnaval distinto, más problemático, menos seguro, con menos imaginación y más alcohol.

Pero de eso... ya se hablará mañana.