Si es menester mojarse por una de las actividades de moda del verano gijonés habría que hacerlo por los bautizos subacuáticos, que cada año atraen a un mayor número de personas. En Gijón, el Club Deportivo Orca organiza a diario sesiones de submarinismo para todos los que se atrevan a intentarlo, sean primerizos o ya avezados en esta práctica.

La costa gijonesreúne un gran número de lugares con un encanto especial para salir a bucear. Es el caso del contradique de La Osa, bajo de Las Amosucas, las carrilleras de Estaño o el Canto de San Pedro, donde hay muchos interesados en hacer una inmersión para reconocer los restos del naufragado "Castillo de Salas". Actividades que, tal como explica José Dos Anjos, presidente del club, "se han puesto de moda", y donde el número de adeptos "cada vez es mayor".

Pese a que para poder bucear con botellas de oxígeno se necesita titulación desde este club gijonés realizan el llamado "bautismo" de agua. Esta primera toma de contacto con el buceo está pensada para todo aquel "que quiere probar", y al que se le da "una pequeña charla previa y después les dejamos estar un rato bajo el agua, siempre agarrados a un instructor, ya que no pueden ir solos", señala Dos Anjos, con más de 400 inmersiones en sus pulomes y diez años de experiencia profesional.

Esta experiencia permite a los interesados practicar submarinismo junto a profesionales, pudiendo disfrutar con total seguridad en su primera toma de contacto con los fondos marinos.

Existe además la posibilidad de trabajar con grupos más avanzados. Turistas que llegan a la ciudad y que ya cuentan con experiencia en estas lides también pueden realizar cursos para obtener titulación. Estos grupos, donde la experiencia es un grado, llegan a realizar salidas nocturnas, un aliciente importante por "el ambiente y la fauna piscícola", comenta Dos Anjos, quien destaca que "a esas horas nadan animales que durante el resto del día no se pueden ver".

El principal objetivo de este deporte es "divertirse". En estas expediciones marinas "prima la seguridad", explica el presidente del club de submarinismo, quien tiene claro que esa es la principal premisa a la hora de programar una inmersión en aguas de la costa asturiana.

Esta actividad subacuática no está permitida para los menores de doce años. Además, todos los menores de edad, aunque tengan en sus manos el título, realizan las inmersiones junto a uno de los catorce instructores de los que dispone la entidad en Gijón. La actividad cuenta con mayor demanda durante los fines de semana. Salvo en este mes de agosto, en el que las peticiones se disparan a diario de subir a bordo del "Orca Uno", un barco motovelero con capacidad para doce personas, que fue construido en Portugalete en 1956, reconstruido y reformado para prepararlo para actividades de buceo en 1996. En 2014 fue sacado a dique seco para remozarlo y dotarlo de nuevas mejoras.