"Indomable" sigue sin dar oportunidades a los que intentan montarlo. Una vez más, y ya van nueve años consecutivos, el asturcón criado en el Sueve no dio opciones a los pocos, este año solo dos, que intentaron hacer historia. A falta de un domador que redondeara la jornada en la Majada de Espineres, los héroes no faltaron y fueron de todas las edades. Desde un veterano de 86 años que anualmente sube a pie a la fiesta, pese a la dureza de sus pendientes, hasta un pequeño de apenas dos semanas que a pesar de nacer tras solo siete meses de gestación no quiso perderse la fiesta.

Apenas se había disipado la tradicional niebla matinal de la zona cuando los primeros del Sueve levantaron la cabeza. Al asomar el ojo por una pequeña rendija de las tiendas de campaña, ya intuían que iba a hacer buen día. El sol salió mientras se servían los primeros bocadillos y refrescos, a falta de café. Los comerciantes desplegaban sus tenderetes, donde se podían encontrar desde cuchillos hasta utensilios fabricados en cuero.

La mañana transcurrió tranquila, la mayoría de los presentes disfrutaban en familia a la espera de los actos oficiales. De repente, entre los últimos resquicios de la niebla, surgió la figura de José Ramón Cortina, "Pin Rafe" para los amigos. "Llevo 32 años subiendo a pie al Sueve por la Fiesta del Asturcón. Aunque tenga 86 años no podía dejar de hacerlo, para eso hago 45 minutos de gimnasia y 32 planchas todos los días", explica Cortina, veterano montañero conocedor de la zona. Según comenta, la clave de su frescura es "no beber mucho, solo un vaso de vino a veces y, por supuesto, no fumar", añade.

Era mediodía, de fondo el sol radiante y la tonada asturiana. Roberto Gómez, periodista deportivo, fue el encargado del pregón, en el cual ensalzó los valores de la asturianía comparándolos con el asturcón. Las primeras cervezas dieron paso al vino eclesial, el cuerpo de Cristo. Gaspar Muñiz, que era párroco de la zona hasta el pasado año y ahora desempeña su labor en Roma, ofició una misa en la que se trató la relación entre las posesiones materiales y la felicidad. Al final de la eucaristía, los feligreses comulgaron al hilo de los vaciles de Muñiz. "Decís que sois 26 para la comunión, y ya veréis como al final no hacemos con cincuenta hostias", bromeaba el sacerdote.

Pasó la misa, y comenzó la entrega de los premios, los principales fueron a parar a José Luis Huerta, como "pastor mayor del año", y a la red de paradores nacionales el "asturcón de oro". Sin embargo, el reconocimiento más emotivo fue para María Luisa Fabián, la "mujer rural" de 2018. A sus 96 años y después de una vida entera dedicada a la ganadería y a cuidar de su familia, Fabián sigue manteniendo un carácter estridente y reivindicativo. "Llevo viniendo desde que nací por esta zona. Espero seguir viniendo cien años más", asegura y posteriormente saca la lengua de forma rebelde.

A las dos y media de la tarde podía oírse a los estómagos rugir, olía a paella, plato estrella de la jornada en el Sueve. "Es el segundo año que lo preparamos. Es conejo de caza guisado, luego le añadimos un fumé y el arroz", explica Maribel Escobio, que por segundo año prepara la comida junto a sus compañeras. "Es un placer tremendo cuando la gente nos da la enhorabuena", añade.

Todos comieron ansiosos, se sabía que el plato fuerte, el intento de montar a "indomable", estaba aún por venir. En los momentos previos a los concursos, como durante toda la mañana, predominaban las estampas de familias con sus pequeños, disfrutando del buen tiempo en la ladera del Sueve. Precisamente, la más joven y otra de las heroínas de la jornada, fue Maya Lynn Medina, una pequeña de apenas dos semanas, que no podía perderse la fiesta. "Nació de forma prematura a los siete meses, pero consiguió salir adelante. Nos hace las personas más felices del mundo", explican sus padres, Jennifer Milby, procedente de Kentucky (Estados Unidos), y Sergio Medina, natural de Coya, en Piloña.

Ese carácter luchador de la pequeña de los Medina lo mostró en concurso el asturcón "Balmonte", de Cangas de Narcea, que ganó la categoría de arrastre tras dar siete vueltas y media al circuito en apenas cuatro minutos, portando una pesada carga. Al rato, el pregonero Roberto Gómez marcó a uno de los asturcones mientras el público coreaba: "Pon a Cristiano". La doma duró poco, solo dos personas se animaron a participar. Adolfo Álvarez, de Campo de Caso, rozó la heroica al "casi" montar a "Indomable" y conseguir subirse al otro asturcón que tomaba parte en el concurso, de nombre "Escurridizo".