Conocer de primera mano la historia de la Campa Torres, explicada por uno de sus pobladores. Esa es la experiencia que vivió ayer un grupo de personas en la instalación arqueológica gijonesa, fruto de la colaboración del Ayuntamiento con la compañía de teatro Higiénico Papel.

Así, el actor Carlos Dávila se metió en la piel de Gaio Sulpicio Ursulo, veterano de la legión romana en las guerras de Germania, quien viviera en su infancia en el poblado de Noega, en el siglo I de nuestra era. Merced a sus experiencias vitales y a lo que conocía de sus antecesores, el guerrero repasó los pormenores del lugar desde sus primeros pobladores, los Cilúrnigos, hasta la romanización. Los primeros "eran expertos caldereros que vivían gracias al trueque que hacían con los comerciantes que recalaban en el fondeadero que había en la costa. Cambiaban sus piezas de metal como anillos, broches o los propios calderos por especias u otros artículos", analizó el veterano guerrero. "La de la Campa Torres fue una romanización pacífica, se integraron con facilidad y convivieron las construcciones y forma de vida de los astures y los romanos", explicó Gaio Sulpicio Ursulo.

Su álter ego, Dávila, explica que "es un papel difícil de preparar, hay que estudiar y documentarse mucho para no cometer inexactitudes históricas y, además, darle humanidad al monólogo para hacerlo más ameno". Un esfuerzo que agradece su público que reconoce que "la historia así se entiende mucho mejor, contada en primera persona por quien la vivió".