Hace ahora 35 años Francisco Rivera, "Paquirri", el torero de Zahara de los Atunes (Cádiz), trenzaba el que sería su último paseíllo en El Bibio. Fue la tarde del 12 de agosto de 1984 en compañía de Dámaso González y Manuel Cruz Martínez, Morenito de Jaén, frente a astados de El Torreón, hoy propiedad del maestro César Rincón. El acontecimiento resultó triunfal y Paquirri, con dos orejas", pudo despedirse del público asturiano saliendo hombros. Luego, como ya es sabido, el 26 de septiembre de ese mismo año, el toro "Avispado" de Sayalero y Bandrés se cruzó de forma trágica en su camino una aciaga tarde en la cordobesa plaza de Pozoblanco en la que perdió la vida una de las figuras de la tauromaquia de los años 70 y 80.

El primer toro del festejo tenía poca fuerza, según constató Cavedeño en la "Hoja del lunes", y apenas de duró a Paquirri, mermado por un esguince que había sufrido días antes, dos minutos y veinticinco minutos hasta que lo pasaportó de una estocada fulminante. Frente al cuarto parecía que Paquirri estaba "falto de ganas" también, lo que sumado a la brevedad de ante el primer toro del festejo provocó algunas protestas en el tendido. En banderillas colocó un par y medio. Luego, con la muleta, realizó el diestro gaditano "una faena vistosa" con "temple y suavidad". Su labor fue ganando enteros y le sacó partido a su antagonista, de 520 kilos, destacando "un par de pases citando de frente". Mató de una soberbia estocada en el hoyo de las agujas y le pidieron las dos orejas. "Hay que subrayar la facilidad y seguridad con que mata Paquirri, que despachó a su primero con una gran estocada, acaso la mejor de la tarde; con las banderillas se le vio sin ganas y desapercibido en el toreo de capa, pero se mostró como un gran estoquedor, sobre todo, y excelente muletero", resumió el crítico taurino.

La tarde siguió triunfal para sus compañeros de terna. Dámaso González cortó también dos orejas, una a cada uno de sus toros. El segundo de ellos, además, se lo había brindado al recordado ganadero asturiano Manuel San Román. "Morenito de Jaén" también cortó dos orejas, también un trofeo ante cada oponente. En el sexto, como anécdota, había brindado a José Miguel Ortiz, "conocido aficionado de Somió", que agradeció la dedicación regalándole un jamón en su vuelta al ruedo.

El resumen del festejo en la "Hoja del lunes" incluía también pequeñas entrevistas a los tres diestros realizadas por el propio crítico taurino. La primera pregunta dirigida al diestro, padre de los también toreros Francisco Rivera Ordóñez y Cayetano -habituales ambos de la feria de Begoña-, fue sobre la lesión que le había hecho perder facultades. "No me encuentro en un momento físico óptimo. Cuando mate mi último toro de esta corrida pienso cortar la temporada hasta que me recupere del esquince que tengo porque no puedo casi moverme", respondió Paquirri.

Claro está que el diestro se recuperó antes de esa lesión. El esguince, tal y como relató él mismo a Laureano Tuero, que firma la entrevista. "En Huelva, en el calentamiento previo en el hotel antes de salir para la plaza, sentí un tirón que no le di importancia", explicó el diestro. "Ayer en Málaga se me reprodujo y, cuando venía para Gijón estuve a punto de dar la vuelta a medio camino", confesó. ¿Por qué llegó entonces a El Bibio? "Seguí viaje porque mi cuadrilla ya estaba aquí; paré de camino para inyectarme y poner unos supositorios porque el dolor era insoportable", desveló en el callejón del coso gijonés. "Me mantengo en pie a base de medicamentos, así que reposaré unos días y cuando esté bien reapareceré", compartió con Laureano Tuero.

Paquirri también cumplió con su compromiso, tal y como reveló, para "no dejar colgado a mi buen amigo Juan", en referencia al entonces empresario de la plaza, Juan Gutiérrez Puerta. "Estoy en El Bibio a base de pastillas, masajes, inyecciones... pero llega un momento que el cuerpo no puede y si continúas esforzándolo puede ser perjudicial, de ahí que vaya a perder unas cinco o seis corridas para ponerme otra vez a punto", relató Paquirri, que esa temporada de 1984 lidió medio centenar de corridas en España. En Gijón, pese a las circunstancias, salió a hombros.

Una vez recuperado, como es bien sabido, regresó a los ruedos para completar el año en España. En Pozoblanco tenía contratada su última corrida de la temporada, compartiendo cartel con Vicente Ruiz "El Soro" y José Cubero "Yiyo" -muerto también por la cornada de un toro, "Burlero", en Colmenar Viejo en 1985-, antes de viajar a América. Tras cortar una oreja al primero de su lote, al que banderilleó con acierto compartiendo tercio con "El Soro", el toro "Avispado" le prendió por la pierna. El pitón le destrozó las venas ilíaca, safena y la arteria femoral. Paquirri murió en el quirófano del Hospital Militar de Córdoba, a donde le trasladaron tras la cogida. "Doctor, yo quiero hablar con usted o no me voy a quedar tranquilo. La cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias, una para acá y otra para allá. Abra todo lo que tenga que abrir, lo demás está en sus manos. Y tranquilo, doctor", fueron sus últimas palabras.