Si Harry Potter fuera una persona real, estaría cerca de cumplir 40 años. Lo que significa que en el mundo mágico que inventó la autora británica J. K. Rowling habrían pasado ya más de dos décadas desde que se graduara como mago (y derrotara a Lord Voldemort) en Hogwarts. Pero su magia sigue intacta y la saga literaria y cinematográfica aún conserva su capacidad para hechizar a millones de fans en todo el mundo sin importar la edad. Y si no que se lo digan a la familia que componen Alberto García, Arantxa Martín y las pequeñas Claudia e Irene. Unos auténticos "potterheads", que es como se conoce a los fanáticos del universo mágico, y que ayer se deleitaron con la exposición sobre Harry Potter que Metrópoli abrió hace dos días al público. "Tiene muchos detalles", apuntaron.

La última novela de Harry Potter se publicó en 2007, sin contar la obra de teatro que salió publicada en 2016 y que vendría a ser como la octava parte. La última película data de 2011, aunque en la gran pantalla, el imán de Potter aún goza de magnetismo gracias a la adaptación de libro "Animales fantásticos y donde encontrarlos", una adaptación del libro publicado en 2001 como una especie de compendio de las bestias que habitan el mundo de Rowling y que ahora se ha estirado para funcionar como una trilogía de tres cintas a modo de precuela. Se ambientan 70 años antes de las aventuras de Potter.

A pesar de que les queda lejos, las pequeñas García han devorado la saga, gracias a sus tías, que fueron quienes les metieron la afición. La familia era peculiar porque mientras la madre y Claudia afirmaron que su casa predilecta era Gryffindor el padre y la pequeña apostaban por Slytherin, los malos de las películas. "Es que los buenos siempre lo tienen muy fácil y los malos siempre pierden", afirmaron.

La exposición de Metrópoli en el Palacio de Revillagigedo es extensa y rica en detalles. Lo primero que se encuentran los visitantes en la planta baja es un vídeo en el que se relata de manera somera qué es lo que van a ver. Más arriba, en la primera planta, hay varias vitrinas acristaladas que contienen objetos de las películas.

Janire Fernández contempla una de ellas, la que está dedicada a "El prisionero de Azkabán", la tercera parte. "Es mi favorita", comenta. También en la primera planta hay varios calderos que se remueven solos. Iba acompañada de Josune Rodríguez, que es más de "La Cámara Secreta", la segunda parte. "Está todo muy bien conseguido", afirmó. Las dos mujeres vinieron de Vitoria y estarán varios días en Asturias. "Cuando nos enteramos de que estaba la exposición nos animamos a venir", comentaron.

La exposición de Harry Potter en el palacio de Revillagigedo está adaptada al virus. Hay que ir con mascarilla y entradas y salidas diferenciadas. También, dispensarios de gel hidroalcohólico. Y es que el certamen de ocio ha tenido que reinventarse para poder salir en esta edición, que tiene varias sedes y se prolongará su magia, y no solo la de Potter, hasta el mes de septiembre.