Tiene Adolfo Miranda (Pravia, 1963) el mapa montañero y de senderismo asturiano en su cabeza. Empezó a andar de veinteañero, cuando recaló en el grupo de montaña "Monteagudo" de Pravia en 1987, donde entonces ejerció como secretario. Posteriormente se trasladó a vivir a Grado y se "alejó" algo del camino durante unos años. Pero en 1998 retomó su afición con fuerza y en el año 2000 se hizo con las riendas del grupo. Fueron ocho años de rutas por toda Asturias (alguna también por fuera de la región), por la que ha guiado a cientos de personas. En 2008 dejó la presidencia del "Monteagudo", pero no su afición. Ha participado en muchas de las más famosas competiciones de montaña por el Principado y el resto de España ((La Travesera, La Batallona, Puertas de Muniellos, La Transvulcania, Carros de Foc), así como en varios "kilómetros verticales". Desde hace un par de años capitanea el Club Atletismo de Pravia (CAP).

Rincones.

Desde arriba, inicio de la ruta en Tuiza; Adolfo Miranda y Tania Plaza, delante del refugio del Meicín; abajo, Miranda, en la Forqueta del Portillín. Ángel González

?

Ni Asturias es Suiza ni el macizo de las Ubiñas, los Alpes. Ni lo quieren ser. Porque en cuanto a montañas, el Paraíso Natural tiene su propia marca y puede codearse de igual a igual con la famosa cadena centroeuropea. Por eso hasta se permite bromear. Es así como han surgido los Alpes Tuizos, una suerte de denominación para el citado macizo de las Ubiñas, en pleno parque natural del mismo nombre, en el área central de la Cordillera Cantábrica y que abarca los concejos de Lena, Quirós y Teverga. Es el pequeño pueblo de Tuiza de Arriba (Lena) una de las principales puertas de entrada al macizo, en la frontera con León. Y es también Tuiza el punto de partida de la ruta a la vega del Meicín, un excepcional lugar presidido por la majestuosa Peña Ubiña (2.417) y desde el que perderse por numerosos senderos, de todo tipo y condición.

Esta peculiaridad, la de ser accesible para todo el mundo, ha hecho que el camino de Tuiza al Meicín y sus múltiples variantes haya resultado el segundo el más votado en la gran encuesta realizada por LA NUEVA ESPAÑA entre cien asturianos para elegir las mejores y más asequibles rutas de la región que poder hacer este verano con familia y amigos.

Lo que toca, en este caso, es encarrilar hasta la Forqueta del Portillín y desde aquí hasta los Puertos de Agüera, considerados "el jardín de Asturias", un conjunto de pastizales, arroyos, majadas, tejos, acebos, espineras? Un lugar "espectacular" para Adolfo Miranda, por el que se pierde siempre que puede y que ayer mismo pisó de nuevo con LA NUEVA ESPAÑA. Puede decirse de Miranda, empresario y presidente del Club Atletismo Pravia, que tiene el mapa de la montaña asturiana en su cabeza. Por eso en menos de un minuto resume la ruta (hecha ayer mismo) con los tiempos ajustados casi al dedillo en función de los ritmos de los acompañantes, más bien de paso lento: de Tuiza al Meicín, una hora tranquilamente; de la vega a la Forqueta, otra más; y de allí a los Puertos de Agüera, dos más. "Luego, queda volver a Tuiza siguiendo la ruta circular a través del Collao del Viso, que rondaría las siete u ocho horas en total, o bajar al pueblo de Lindes desde Agüera", abunda Miranda.

A ello pues. Son dos caminos los que parten de Tuiza, el de invierno (alejado de la ladera y de los peligrosos aludes de nieve), y el de verano, elegido en esta ocasión. Ambos se unen a más de dos kilómetros, en una majada con cabañas ya cerca de la vega. Empieza la ruta empinada y así será hasta el Meicín, a 1.560 metros de altura. Un desnivel bien repartido, nada acusado, que permite disfrutar a cada paso de las vistas que se descubren. A los pocos minutos, dejado el pueblo atrás, emerge Peña Ubiña, también llamada Ubiña la Grande, y ya nunca desaparecerá. A su lado, a la izquierda, asomará Peña Cerreos; a la derecha, Castillines, el Cueto las Cabras y El Portillín. No olvidar darse la vuelta: lo primero, para hacerse una idea del camino que se deja atrás, que da ánimos para seguir adelante; lo segundo, para localizar el peculiar pico La Mesa (izquierda), fácilmente identificable por su forma, además del Siegalavá, peña El Castiellu? "Las Ubiñas son espectaculares", resume Adolfo Miranda. Poco más se puede decir.

Por esta época, si hay suerte, uno puede volver a casa con la mochila llena de champiñones, el llamado bola de nieve. Ayer la hubo. Solo es cuestión de fijarse bien por el camino, salpicado de innumerables flores silvestres como campanillas, pensamientos, violetas?

Otra suerte para el caminante ocasional (que ayer también hubo) es encontrarse con Tania Plaza y David Matos "Gummo", el matrimonio al frente del refugio del Meicín, durante un porteo: lo hacen cada quince días aproximadamente con sus caballos y burros, cargados con alforjas llenas de bebida y alimentos.

Todo para satisfacer las necesidades de los montañeros y senderistas. Es la casona del Meicín el punto final de aquellos que quieran darse una caminata sencilla, bonita y sin mucho esfuerzo, que puede ser rematada con un más que merecido tentempié en una terraza de vistas impagables.

Los que estén dispuestos (y puedan) a sudar más la camiseta, pueden seguir la ruta de Adolfo Miranda, que enfila la empinada cuesta a la Forqueta del Portillín por la parte trasera del refugio. Entre pastos verdes y ganado discurre la primera parte del camino, que acaba en la fuente del Bachao, donde se debe uno refrescar y rellenar con agua bien fría la cantimplora. Por delante queda una exigente subida, sin pérdida, a través de un sendero en zigzag. El premio será otra impresionante vista, desde la forqueta al Joyu Cueva Palacios, por el que descender hasta alcanzar los Puertos de Agüera.

Todo sin salir de Las Ubiñas, un macizo que domina el empresario praviano, quien encontró en el montañismo "todo" lo que le gusta. "Reúne naturaleza, aventura, ejercicio físico, compañerismo, pues casi siempre se disfruta con amigos, y también un poco de espiritualidad, siempre que subes te presta mucho, una sensación que interiorizas".

Y en Las Ubiñas encontró Tania Plaza su casa: "Son eso, mi casa. La casa que encontré, no la que me tocó".

Las puertas están abiertas para todos. Pasen y vean.