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DOMINGO VILLAR | AUTOR DE "EL ÚLTIMO BARCO" Y CREADOR DE LEO CALDAS

"La bondad ha estado infravalorada mucho tiempo"

"Mi personaje Leo Caldas me parecía un tipo triste; ahora me doy cuenta de que lo mueve la compasión y me cae mejor"

Domingo Villar, ayer, en Gijón. JUAN PLAZA

A Domingo Villar (Vigo, 1971) le han bastado tres historias para ocupar un lugar relevante en la novela negra española. Vende miles de ejemplares. Estuvo ayer en Gijón, en la "Semana negra", con su último título, "El último barco" (Ediciones Siruela).

-Ha tardado diez años en recuperar a Leo Caldas. ¿Por qué?

-Hay varios motivos. No soy el escritor más febril y escribo en gallego y castellano, lo que demora el trabajo. Con el manuscrito hecho falleció mi padre, así que me encontraba en un lugar emocional distinto. Corregí, pero me di cuenta de que debía empezar de nuevo. Me llevó otros cuatro años y pico. A eso se une que es una novela extensa.

-¿Hay mayor madurez en su personaje?

-Lo voy conociendo, descubriendo capas; lo miro de manera más honda. Al principio me parecía un tipo triste, ahora me doy cuenta de que lo mueve la compasión, saber que puede aminorar el dolor de gente que sufre. Es algo que le pasa a muchos trabajadores de la función pública. Cada vez me cae mejor.

- ¿La compasión está en retroceso? Hay quien dice que lo revolucionario ahora es la bondad.

-La bondad ha estado infravalorada durante mucho tiempo. Virtudes como la inteligencia nunca han sido dudosas. Sin embargo, la bondad extrema se ha confundido en ocasiones con simpleza. Entre mis amigos, lo primero que busco es la bondad.

-¿Por qué tomó la decisión de localizar sus novelas en su tierra natal?

-Llevaba muchos años en Madrid y escribir de Galicia me permitía volver a casa. Si uno tuviera que inventar un escenario para una novela negra, probablemente le saldría algo como Vigo y las Rías Baixas. Es el territorio de mi niñez; no tenía que buscar mucho más.

-¿Por qué ha querido crear un personaje periférico como Leo Caldas?

-No creo en la esencia de los personajes, sí en su existencia. Las virtudes y defectos del personaje fueron apareciendo.

-¿Qué ha querido contar en esta tercera entrega?

-Es una novela que rinde homenaje a los oficios artesanos. Mi oficio, el de autor literario, se parece al de cualquiera de esos artesanos. No soy un intelectual. Construyo historias con los elementos que un luthier hace un instrumento: elegir bien las maderas y dedicarle tiempo y cariño.

-¿Por qué ha optado por la novela negra?

-También se puede hacer gran literatura. Es un género en el que me encuentro cómodo y que me permite acotar la historia al tener un caso. Y perfilar la sociedad en la que vivo.

-¿Qué singularidades tiene Leo Caldas respecto de otros sabuesos de la actual novela negra española?

-Probablemente, la paciencia y la piedad. Y el ambiente en que se desenvuelven las tramas.

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