"Valladolor" es el nombre "cariñoso" que la población local le da a su ciudad. "Todo el mundo conoce 'fachadolid', pero no es el único apodo que tiene", cuenta Erik Urano sobre su lugar natal. Su último disco, presentado ayer en el claustro del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, homenajea a este seudónimo con el título de "Neovalladolor". "Le di una vuelta de tuerca, como un reflejo de la sociedad actual en un sitio que conozco muy bien. Es una crónica distópica de un futuro cercano, que se ha acelerado con la pandemia", dilucida.

Erik Urano, "FlatErik" en este último trabajo, comenzó en el rap cuando era adolescente, hace 15 años. Su primer disco no llegó hasta 6 años más tarde, en el 2011, bajo el título de "Energía Libre", cuando se empezó a tomar la música "algo más en serio". Vive de ello, "pero sin depender", ya que compagina su pasión con el trabajo que realiza en un centro para personas con discapacidad. "Me ha enseñado a mirar las cosas desde abajo y con humildad. En mis canciones hay referencias, pero no son evidentes porque es una labor que me nutre como persona", explica el artista, para el que sus temas son una "extensión" de sí mismo.

En "Neovalladolor" la tecnología desempeña un papel clave, tanto por el contenido de las canciones como por la presentación de las mismas. Luces y sombras, sonidos metálicos y voces guturales que remiten al oyente a un futuro cercano al que Orwell había imaginado: las telepantallas ya no son estáticas, sino que viajan en los bolsillos. "Nos dirigimos a una época de comunicaciones simultáneas. Postindustrial, postindividualista, postliteraria, postcivilizada", comienza la canción que da nombre al disco ("NeoVdO).

Pero Urano no se centra en las funciones de vigilancia y control orwellianas de la tecnología, sino que desgrana todos sus usos, beneficiosos y perjudiciales. "Es inocua. El problema es que el avance ético es mucho más lento que el tecnológico", afirma, y habla preocupado de los jóvenes adultos enganchados a los móviles, de las nuevas generaciones, que nacen pegadas a la pantalla. "Pero no estoy de acuerdo con prohibir, sino con hacer pedagogía", aclara. Para él, un ejemplo de la buena utilización fue durante la pandemia, que permitió a las familias "permanecer conectadas". Y al rapero publicar su nuevo disco, el 20 de marzo.

El confinamiento también sirvió de inspiración al rapero asturiano "Pablo Diablo", que acompañó en la velada a "FlatErik". Le dio alas para elaborar su nuevo proyecto junto a "DJ Unknown", llamado "Westia". Se trata de un "concepto innovador" en el que los ritmos electrónicos acompañan al rapero, con elementos de "free style" y participación del público, en un show preparado íntegramente en los meses de cuarentena. Queremos seguir trabajando si la idea tiene buena acogida", remata el cantante.