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Un concierto redondo

Ara Malikian e Iván "Melón" Lewis ofrecen en Gijón un espectáculo de sonoridades con violín y piano que dejó al público encantado

Ara Malikian. JUAN PLAZA

Ara Malikian tendría que estar durante esta temporada en plena promoción del disco "Royal Garage", grabado el año pasado con la colaboración de grandes artistas como Franco Battiato, Estrella Morente, Kase.O, Bunbury o Pablo Milanés, entre otros. Así se había anunciado su gira "Royal Garage World Tour", pero las circunstancias han cambiado toda la planificación y el tour se quedó en una versión muy reducida de violín y piano, junto con Iván "Melón" Lewis. Si Malikian es un virtuoso del violín "Melón" Lewis no lo es menos con las teclas. Los dos juntos ofrecieron un espectáculo de sonoridades que dejó al público encantado. Además, hay que recalcar la buena acústica que tiene esta plaza de toros: se captan todos los pequeños matices hasta la respiración del violín. Quizá, sería un buen lugar para poder disfrutar de alguna interpretación de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, ahora que están los aforos tan complicados. Ahí lo dejo.

Provisto con la obligada mascarilla, Malikian dio un rodeo por la arena interpretando una breve introducción del tema que compuso en recuerdo al genocidio armenio con su "Alfredo Ravioli" (así bautizó a su violín), para el disfrute de aquellos espectadores que sintieron su presencia bien cerca. Al perderse por detrás del escenario el pianista tomó el relevo ejecutando una pieza contemporánea de gran nivel técnico. "Con mucha nata" no sonó igual que cuando la toca con toda su banda pero tampoco sonó peor: el pianista era capaz de rellenar con creces la parte percusiva y armónica de la pieza ofreciendo otra esencia.

Del doble disco "Royal Garage" apenas se tocó nada. Tan solo "Loucine", dedicada a su madre y el extracto de la ópera de Gluck "Me?lodie d'Orphee? et Eurydice", donde percibimos la capacidad de Malikian de extraer todo el peso expresivo y la flexibilidad lírica. Para el resto de la velada se rescataron temas que ya son banderas de sus conciertos con anécdotas incluidas. Cuántas veces hemos escuchado la aventura de su viaje a Alemania y cómo empezó a tocar en bodas de judíos durante unos cuantos años. Repite cada palabra y cada gesto para introducir el tema "Pisando flores", sin embargo, cada vez que lo cuenta nos mantiene atentos como si fuera la primera vez. Todo un showman, además de gran músico.

Tampoco faltó la "Campanella" de su admirado Paganini que interpretó, una vez más, con total libertad y brillantez, al igual que el "Valse-Scherzo" de Chaikovski o la "Introducción y Rondó Caprichoso" de Camille Saint-Saëns. No todo fue clásico, también hubo hueco para su particular versión del tema "Bachelorette" de su "enamorada" cantante islandesa Björk, en mi opinión ampliamente mejorado. Las sonoridades de su cuna libanesa también estuvieron presentes con temas como "Bourj Hammuod". Un gusto escuchar estas músicas.

Después de más de dos horas cerró la velada con un tema compuesto recientemente, dedicado a todas las personas mayores que han estado solas durante el confinamiento, cuyo nombre es "Nana Arrugada". Solo el título del tema ya evidencia la inteligencia y la dimensión artística de Ara Malikian. El magnífico arreglo de piano y la melodía expresiva del violín emocionaron a gran parte del público premiando el espectáculo con una larga ovación.

Sea con la formación que sea o busque inspiraciones sonoras desde aquí a la Patagonia, Ara Malikian siempre tendrá un público fiel en Gijón que llenará el aforo y marchará encantado. Eso sí, preferentemente que vuelva a ser en la Plaza de Toros con sonido redondo.

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