La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Deva llora oro por San Lorenzo

El observatorio del monte gijonés, con aforo reducido, reúne a decenas de curiosos para ver las Perseidas pese a las nubes

Asistentes al Monte Deva para contemplar las lágrimas de San Lorenzo.

El interés que suscita la bóveda celeste al ser humano se remonta a los primeros tiempos. Fueron los griegos los responsables de trasladar al Occidente descubrimientos hechos antes por grandes civilizaciones situadas en otras partes del Planeta, como India, Egipto o Babilonia. Esa fascinación por lo astronómico incluía a las perseidas, y se mantiene aún hasta hoy en lugares como Gijón, donde cada año, aficionados a contemplar la lluvia de estrellas se reúnen en el observatorio Monte Deva en torno a la festividad de San Lorenzo.

Santiago Gándara, director del observatorio y vicepresidente de la Sociedad Astronómica Asturiana OMEGA, asegura que "la inscripción para verlas está completa desde días antes de la noche" y que, además, "otras 70 u 80 personas pidieron que se les dejase en reserva por si había alguna cancelación". En condiciones normales años atrás, el Monte Deva llegó a acoger a "más de 200 personas", pero ahora su aforo se ha reducido a 70 plazas por el coronavirus. El público de este año también sorprendió por su edad: más de la mitad de los asistentes eran niños, como Gael, gijonés de nueve años, que dijo estar "muy entusiasmado con las perseidas" y presumió de "tener prismáticos para ver las estrellas siempre". Él y los adultos que les acompañaron admitieron ser "primerizos" en el Monte Deva, algo que contenta a los trabajadores del observatorio. "Las perseidas siempre atraen a público nuevo que acaba descubriendo que tiene un observatorio astronómico en su ciudad al que puede volver cada semana".

Y es que, pese a que las lágrimas de San Lorenzo, como también se les conoce, ganen en fama a otros fenómenos astronómicos "por volverse visibles desde el hemisferio Norte durante el verano" -entre el 16 de julio y el 24 de agosto-, a lo largo del año se pueden contemplar otras lluvias de estrellas similares a estas perseidas: "Nosotros solemos decirle a la gente que acude en años como este, en el que las nubes no permiten ver bien el cielo, que no se preocupe, porque quedan por ver las leónidas en noviembre o las gemínidas en diciembre". Hoy msimo, el Monte Deva vuelve a tener otra cita con las estrellas, la última que permiten las perseidas.

Compartir el artículo

stats