La directora asturiana Laura Iglesia estrena hoy en el Teatro Jovellanos la obra de teatro "Swingers" (20.30 horas), una comedia protagonizada por las relaciones de pareja, donde la cama ocupa un lugar fundamental y que realizará tres pases hasta el sábado.
- ¿Cree qué el confinamiento ha aumentado las ganas de ser "swingers", como se conoce a las personas que practican los intercambios de pareja?
-No sabría responder a esto porque no soy sexóloga ni "swinger", solo una directora que afronta una comedia sobre el tema. Supongo que el confinamiento habrá provocado todo tipo de casuística: personas que habrán visto aumentar su libido y su curiosidad y personas que, por el riesgo de contagio, se han retraído a todos los niveles.
- ¿Qué es "Swingers"?
-"Swingers" es una comedia al uso, ligera, colorista, dinámica, y llena de momentos divertidos y de gags hilarantes, y solo esperamos que la gente que venga al teatro disfrute con la ficción, ría con nosotros y se olvide durante un ratito de todo lo malo que está pasando ahí afuera.
- ¿Estamos preparados para querernos a metro y medio?
-Definitivamente, no. Los humanos necesitamos contacto físico desde el momento en que nacemos. Está demostrado que este contacto es necesario para nuestro bienestar físico y psicológico y para nuestro correcto desarrollo personal.
- ¿La sociedad española es más liberal que nunca o son solo apariencias?
-Afortunadamente hemos avanzado en muchas cosas, pero aún queda mucho camino por recorrer, muchos prejuicios, muchas barreras, muchas fobias y muchos miedos que superar en conjunto. Las palabras mágicas son libertad, respeto y tolerancia.
- ¿Qué nos cuenta esta obra sobre nosotros mismos?
-Que los modelos tradicionales de relación de pareja no son los únicos posibles. Que existe la posibilidad de abrirse a nuevas experiencias y nuevos modelos de relación más flexibles. Que la vida es breve, pero ancha, y está ahí para vivirla y disfrutarla. Sin mentiras y sin trapos sucios bajo la alfombra.
- ¿Qué supone estrenar una obra en el Teatro Jovellanos?
-Estrenar en el Jovellanos es saltar con red de seguridad. Por suerte, hemos actuado muchas veces aquí y tenemos una excelente relación con el personal del teatro: aparte de ser unos magníficos profesionales, son un equipo de lo más encantador.
- ¿Cuáles son las sensaciones al trabajar ante un público con mascarilla?
-Es un poco desconcertante no ver al completo la cara del público, sobre todo, tratándose de comedia, un género que se ve retroalimentado por las reacciones en el patio de butacas. No obstante, se percibe igualmente la sonrisa en el gesto y el brillo en los ojos. Y la risa aflora y se escucha a pesar de las mascarillas.
- ¿Cuáles deben ser las vías de recuperación del mundo de la cultura?
-La cultura nos ha acompañado muy de cerca durante los duros meses de confinamiento. Esto ha puesto de relieve una vez más que la cultura no es un accesorio ni un artículo de lujo. Es un bien mucho más necesario de lo que creemos. Es nuestro derecho disfrutarla y nuestro deber protegerla. Las instituciones públicas deben liderar este cuidado y fomentar el acceso a ella de toda la ciudadanía. El sector del espectáculo en vivo, tan frágil y vulnerable, necesita especialmente esta protección en estos tiempos tan complicados.
