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Jóvenes sin la "hucha" de la Feria

Los empleados habituales del certamen, muchos universitarios, lamentan su cancelación: "Ganas para caprichos y haces amigos"

Por la izquierda, Jesús González, Andrés Solares y Eva Vigil, en las inmediaciones del recinto ferial "Luis Adaro". JUAN PLAZA

Son jóvenes, muchos universitarios y este verano se han quedado sin su habitual complemente económico debido a la cancelación de la Feria de Muestras de Asturias. Los empleados que otros años han trabajado en el recinto "Luis Adaro" echan en falta la gran cita del verano gijonés, que además de reportarles ingresos les permite curtirse en el mundo laboral y hacer amistades. "Es un clásico. Aprendes mucho detrás del mostrador de un stand. Tanto cosas buenas como malas. Pero todas te hacen crecer como persona", razonan.

Para alguno de ellos, como Eva Vigil y su amigo Andrés Solares, este hubiese sido el último verano en sus puestos de trabajo como camareros. Ambos han acabado sus estudios -Trabajo Social e Ingeniería Electrónica, respectivamente- y optan por seguir formándose o por trabajar en lo suyo. Sin embargo, los dos admiten que echarán de menos sus breves contratos de agosto. "En mi caso, sin lugar a dudas, diría que lo mejor del trabajo es que te permite ganar mucho dinero en pocos días. Puedes darte algún capricho y ayudar con los gastos en casa", cuenta él.

A Rosalía Vázquez, gijonesa de 23 años y estudiante de último año en Bellas Artes, sus dos años de trabajo como vendedora de productos para el hogar le permitieron adquirir su propio equipo de fotografía. Asegura que hubiera repetido este año sin ningún lugar a dudas. "Con el primer sueldo me compré la cámara, y al año siguiente un objetivo. Fue muy satisfactorio invertir ese dinero en algo que yo quería y que no es fácil de adquirir siendo tan caro", explica. El año que viene intentará "tripitir". "A ver si todo se normaliza y es posible", razona esta joven. "La Feria, pese a todo lo que algunos puedan pensar, está muy bien para los que estamos empezando", concluye.

Viajar en Interrail con amigos fue la inversión que hicieron Jesús González, joven extrabajador en la seguridad del recinto, y Julia Álvarez, azafata de la Cámara del Comercio, con sus ahorros de la Feria, en la que también estuvieron como empleados dos años. Además de los beneficios económicos, la mayoría se lleva un buen sabor de boca con el ambiente de trabajo, formado en su mayoría por otros jóvenes. Coinciden en haber forjado muchas amistades y conocidos de la misma edad. "El año pasado hicimos un grupo enorme de amigos, trabajadores de empresas distintas. Mis amigas empezaron a conseguir trabajo y, junto a ellas, conocí a gente nueva. A día de hoy seguimos manteniendo el contacto y quedando", razona Vázquez.

Dinero fácil y rápido, posibilidades de repetir y buenos amigos es lo que muchos chicos y chicas de Gijón se llevan a casa de su trabajo en la Feria. Pero también suman a la lista una primera toma de contacto con el mundo laboral que, pese a tener jornadas interminables de "hasta 12 horas", aporta experiencia y les permite "saber lo que significa trabajar duro". "Conseguir trabajo en la Feria para un joven, entre otras muchas cosas, puede ayudarle a valorar la importancia de los estudios y de hacer lo que le guste de verdad, y no terminar en trabajos tan sacrificados como el del feriante por obligación", concluye Solares. Esa juventud gijonesa tendrá que probar suerte, si todo va bien, el próximo verano.

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