La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fe y pandemia

La interesante y solvente adaptación cervantina para las calles del verano ovetense

Una escena de la obra sobre Catalina de Oviedo, en la plaza del Fresno. Julián Rus

Ficha artística: "De cómo los entremeses de Cervantes no impidieron el casamiento de Doña Catalina de Oviedo con el Gran Turco". Dirección y dramaturgia: Juan Mortera. Intérpretes: Alfonso Aguirre, Ángeles Arenas, Ángeles Cordero, Sara García Blanco, Rafa González, Javier Gallardo y Juan Mortera.

La anormalidad de los tiempos covid no se lo pone fácil ni a los intérpretes, ni a los programadores, ni hasta al mismísimo público. Pero el tesón, la entrega, la creatividad e imaginación de todos ellos se han aliado para hacer posible el milagro de volver a las tablas en condiciones seguras (si es que queda ya algo seguro). En "Escenas de calle" hemos disfrutado de una programación variada y representativa del buen hacer de las compañías asturianas, cerrando el ciclo el estreno de EPO Producciones con la colaboración de Margen en su logística. El espectáculo, de título kilométrico e imposible de recordar, dejó buen sabor de boca al público asistente.

A partir de la comedia cervantina "La gran sultana doña Catalina de Oviedo", Juan Mortera, que oficia también de dramaturgista, elimina de la trama original una línea de acción con travestismo incluido e intercala el entremés "La cueva de Salamanca" como relato que se le ofrece al sultán para disuadirlo de sus pretensiones respecto a una cristiana (doña Catalina) que tiene cautiva.

El resultado es un espectáculo solvente, sencillo y muy entretenido, que engancha a los espectadores a pesar de un contexto nada favorable: 29 º a la sombra, con mascarilla, en la calle y con un escrupuloso protocolo que incluye desinfección de manos y cumplimentación de una ficha de registro. La principal baza del éxito se debe a la interpretación y al arte y acierto al decir el verso, que hacen que el argumento llegue nítido incluso a un público profano. Los jóvenes Javier Gallardo y Sara García Blanco, en los papeles protagonistas de Gran Turco y Catalina de Oviedo, destacan por su naturalidad y excelente dicción. Ángeles Arenas realiza un gran trabajo desdoblándose en el tierno eunuco Rustán y en la pícara Leonarda, que engaña en el entremés a su ingenuo marido, interpretado por Alfonso Aguirre, que también hace las veces del gran Cadí. Completan el reparto Ángeles Cordero en los papeles del eunuco Mamí, que muestra mucha química con Rustán, y la criada Cristina, encubridora de la esposa infiel, así como Rafa González que ejerce de narrador y participa también en la parte musical. Todos ellos en una clave farsesca que supone un idóneo complemento a los protagonistas. Para amenizar la representación se intercalan dos piezas musicales coreografiadas: un rap dedicado a Catalina, autoría del polifacético Javier Gallardo, que arrancó los aplausos del público y que a buen seguro tendrá una excelente acogida ante un auditorio juvenil, y el "Achilipú" que recrea el ambiente de jolgorio festivo en que se convierte la casa del crédulo Pancracio.

El tesón y el empeño de esta "fierecilla domada", que se resiste a abandonar creencia, costumbres y vestimentas, similar al de los teatreros en tiempos de coronavirus, transforman al sultán en un personaje respetuoso, comprensivo y liberal. Clara apuesta cervantina por el entendimiento entre distintos credos. En apenas una hora de duración se resuelve el conflicto de manera ágil y eficaz, con una puesta en escena que ganará en interior. Esperemos que los envites del virus no nos hagan naufragar y salgamos airosos como nuestra paisana Catalina, terca y perseverante donde las haya.

Compartir el artículo

stats