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Ágatha tiñe de colores el Bombé

“Es un entorno maravilloso”, coinciden los afamados diseñadores de los desfiles organizados en el emblemático paseo ovetense

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Ágatha tiñe de colores el Bombé

A ritmo de saxo y música disco, con el pulmón verde de Oviedo como testigo y 300 personas de ver en primera persona a cuatro grandes de la moda dejar su sello en territorio asturiano. El paseo del Bombé se transformó ayer parcialmente en una pasarela de excepción para acoger con los brazos abiertos las colecciones de cuatro diseñadores de referencia con la mediática Ágatha Ruiz de la Prada a la cabeza, quien por quinta vez en su carrera se ganó el aplauso del público carbayón a base de modelos envueltos en coloridos corazones y flores.

La madrileña puso el broche a la primera de las dos jornadas programadas en el Bombé dentro de la iniciativa “Oviedo Tendenza”. Las modelos utilizaron como “backstage” la biblioteca municipal de “La Granja” desde la que fueron enfilando la alfombra a ritmo del consagrado pinchadiscos “DJ Okka”. La cántabra Odette Álvarez fue la encargada de abrir fuego desplegando todo su arsenal con un vestuario muy variado que culminó con la ovación a un vestido blanco inmaculado.

La donostiarra Isabel Zarpadiez también entusiasmó con atuendos muy dispares, desde ceñidos vestidos multicolor a trajes de gala con el negro como tónica general, a lo que siguieron los rosas, blancos con los que la asturiana María Lafuente fue profeta en su tierra.

Para terminar, una Ágatha que se cambió de atuendo para exhibir los últimos coletazos de una reunión que tiene “casi totalmente vendida” presentó un desfile con música de piano, acompañado de proyecciones de sus colecciones, guiños ecologistas y flores por todas partes. Al final, las modelos salieron siguiendo a la diseñadora agarradas por los hombros e interactuando con un público. “Es un escenario maravilloso”, coincidieron los diseñadores al referirse a la pasarela montada en el emblemático parque.

“Me voy de vacaciones desenamorada”

“Mañana me voy de vacaciones a Mallorca desenamorada”. Agatha Ruiz de la Prada despidió su temporada de desfiles en Oviedo, donde se presenta ya como una habitual. “Ni España es Madrid ni Francia es París”, dice para explicar el motivo que antes de la pandemia le llevaba a participar casi 80 desfiles al año, buena parte de ellos con pequeñas ciudades como escenario. 

Con la ruptura con el empresario Luis Gasset y el fallecimiento de su amiga y colaboradora de Salvame, Mila Ximénez, todavía reciente, la madrileña buscará en las Baleares un descanso que no lo es tanto. “A las ocho ya estoy haciendo llamadas”, reconoció mientras aguardaba el inicio de su desfile ovetense, contrariada por no haber organizado el viaje con tiempo. “Sabía que me había olvidado de llamar a alguien, soy un desastre”, indica mientras trata de llamar al oftalmólogo Luis Fernández-Vega para comentarle que está de paso por el Principado. 

De la pandemia dice haber sacado varias conclusiones. “Después de pensar que todos nos íbamos a morir, me quedo con que cuando cerraban los bares a las diez era mejor porque leía más y que ahora estamos mejor sin tanto contacto físico. Los besos ya no están de moda”, indica la modista, “encantada” con estar en un Oviedo al que, asegura, “siempre volveré”.

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