La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Semana negra"
Claudia Piñeiro Escritora, autora de “Catedrales”

“El idioma español debe recoger la diversidad de todos sus hablantes”

“Aún faltan pasos para la igualdad, pero tengo muchos compañeros que, si no hay una mujer en una charla, no van”

Claudia Piñeiro, en una visita a Gijón en 2016. | Ángel González

Claudia Piñeiro (Burzaco, Argentina, 1960) es escritora, guionista y en su momento también contable. Estará en Gijón durante la “Semana negra” con su novela “Catedrales”. La obra está nominada en la categoría “Dashiell Hammett” 2021 por el certamen gijonés. El libro recorre los entresijos familiares, la religión y la presión social a la que se enfrentan las mujeres.

–¿Qué significa para usted volver a la “Semana negra”?

–Estuve hace unos años gracias a una especie de intercambio que había con el festival Buenos Aires Negra. La “Semana negra” es un evento que yo quiero muchísimo y que me trae muy buenos recuerdos. Me siento muy ilusionada por venir, como la primera vez.

–Su novela “Catedrales” está nominada al premio Dashiell Hammett 2021 ¿Cómo afronta la nominación?

–Parece que son cosas que se dicen por quedar bien y porque es lo que la gente quiere escuchar, pero no miento cuando digo que es uno de los premios que más ilusión me hacen. Compito con una serie de novelas extraordinarias y no lo digo por decir, es un festival muy especial para mí y estoy encantada con esta nominación para mi novela “Catedrales”.

–Su carrera laboral se inició como contable pública ¿Cómo acabó siendo escritora?

–Siempre quise escribir y ya lo hacia desde el colegio. Sin embargo, a la hora de elegir una carrera, lo que pasó fue que me pilló la dictadura militar en Argentina y se cerraron todas la carreras humanísticas. Además, a pesar de que yo escribía desde muy pequeña, me costaba imaginarme como escritora: en mi familia no había referentes artistas, ni escritores. Entonces estudié la carrera de contadora pública por la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, en esa época muchos autores abrieron sus casas y bares para dar clases y muchos nos formamos con escritores y maestros extraordinarios.

–¿Cambió su vida al pasarse al mundo de las letras?

–Ya trabajando me di cuenta de que no era lo que quería y empecé a buscar alternativas que me permitieran materializar el cambio. Primero trabajé en una editorial muy conocida de revistas en Argentina, y después como guionista, que fue lo que me permitió pasar de una profesión a otra. En literatura, es difícil mantenerse solo escribiendo; sin embargo, para los guionistas hay trabajo y con las grandes plataformas todavía más. Ahí fue cuando decidí dejar la carrera anterior. Escribir es lo que me centra y al final pude volver a este camino, que era en lo que más pensaba para mí.

–Como ha comentado, también trabaja escribiendo guiones para grandes plataformas como “Netflix” ¿Existen muchas diferencias entre escribir guiones y libros?

–Hay diferencias, sí. Siempre hay cosas comunes, como es pensar una historia y unos personajes. Creo que la gran diferencia, más allá de los detalles técnicos, es la soledad del escritor frente a la colectividad de los guiones, que siempre se escriben con otras personas, con las que te reúnes muy a menudo y conversas acerca de los personajes y sus desarrollos, así como más adelante con el director y los actores. Los guiones implican un gran trabajo en equipo.

–“Catedrales” se publicó tres semanas antes del confinamiento ¿Cómo afectó eso a su libro?

–Tuve muchísimos mensajes, más que nunca, de personas contando lo acompañadas que habían estado con el libro y lo que les había hecho sentir. Fue muy enriquecedor para mí en ese aspecto. Con respecto al cierre de las librerías en Argentina, lo que empezó fue un reparto puerta a puerta. La movilización para llevar los libros a la gente fue muy importante durante la pandemia, subiendo incluso libros con canastas a los pisos. La conclusión que tenemos que sacar de todo esto es que, más allá de las grandes empresas de logística, lo importante es la cercanía. El lector tiene que recordar eso. Cuando más necesitamos a las librerías, ellas estuvieron ahí

–Su libro trata la importancia de la memoria y la verdad. ¿Se está escribiendo bien la historia de la pandemia u olvidaremos lo que hemos pasado?

–Creo que todavía estamos en medio de la pandemia como para poder sacar conclusiones de este tipo. Para poder decir qué es lo que va a quedar en la memoria, es aún pronto. Seguimos siendo protagonistas en primera persona de esta historia, por lo que necesitamos tiempo para digerirla. Todas las conclusiones son aún demasiado ligeras.

–Es una gran representante de las letras hispanoamericanas. Desde su posición, ¿por dónde cree que pasa el futuro del español?

–Hablar solamente de la lengua española se queda muy corto. La gran distribución del idioma a lo largo del mundo tiene muchísimo que ver con los ecuatorianos, argentinos o los colombianos. También con los españoles. Deberíamos luchar por recoger esta diversidad en el nombre del idioma. Hablamos la misma lengua, pero con muchas particularidades. Cuando una lengua pasa a ser llamada de una manera tan puntual, perdemos muchas cosas y es nuestro deber hacer algo para incluir todos estos detalles.

–En “Catedrales” encontramos posiciones opuestas respecto al aborto dentro de una misma familia. ¿Siempre existirán diferencias imposibles de resolver en este campo?

–Hemos avanzado muchísimo, aunque aún falta un gran camino por recorrer. Además, con los derechos que ya parecen que se dan por hechos, es con los que más debemos mantenernos alerta. Me impresiona ver cómo en países que parece que la igualdad esta asimilada surgen voces que deshacen todo lo construido y que no se deben dejar pasar.

–¿Existe la igualdad en el mundo de la escritura?

–No totalmente, seguimos peleando y cada vez estamos un poco mejor. Solamente hay que contar cuántas mujeres hay en las diferentes academias de las letras para darte cuenta de que la igualdad todavía tiene deberes pendientes. Tengo muchos compañeros que hoy por hoy no van a una charla si no hay una mujer, y esto demuestra que vamos dando buenos pasos; pero aún faltan muchos, como, por ejemplo, reconocerle a las mujeres todo el trabajo gratuito que hacen en la sombra.

–¿Hay algo de Asturias que le recuerde a su tierra?

–En Argentina hay gente de toda España, pero también muchos asturianos que siempre me aconsejan los mejores lugares a los que ir. Así es muy fácil sentirse en casa. Mi familia es casi toda española, así que venir a España me resulta venir a un lugar completamente familiar.

Compartir el artículo

stats