A las 15.15 horas el “Fin del mundo” llegó a la fábrica de armas de Oviedo. “La La Love you” cerraban su actuación con esa canción-himno que tantas alegrías les ha dado a ellos y a sus seguidores durante el confinamiento, durante un año durísimo para los grupos pero también para el público que nagüaba por asistir a un concierto de música en directo y poder estar “bailando, bailando, bailando” cerveza en mano.

Público bailando durante el concierto de “La La Love You”, ayer, en La Vega. | Luisma Murias

Son esos momentos de disfrute, de saltar y gritar la canción que te gusta y que por fin estás escuchando en vivo. Por unos instantes aquello se parecía a un festival de los de antes. En cierto modo lo era, había música, cerveza y se podía bailar. La gente bebió y saltó pero claro, las restricciones han calado tan dentro que la responsabilidad se impone. Los saltos eran midiendo la distancia, y no para no pisar al de al lado sino para ni siquiera acercarse. La bebida estaba más que controlada y a cada sorbo la máscara volvía a tapar las caras, aunque no fuese obligatoria.

La Vega es el recinto perfecto para un festival como el VeSu. Lo dijeron la gente de “Menta”, que abrieron la sesión: “Nunca nos habían tratado tan bien”. El público lo sabe y no quiere hacer nada para estropearlo. El viernes noche, aunque lloviendo, asistieron a los conciertos más de 500 personas (a una bebida por persona, que es lo permitido). Cuando la organización se puso a limpiar no recogieron más de una decena de botellines. Oviedo quiere más VeSu en el escenario perfecto y sabe que tiene que cuidarlo, así lo hace.

“Esto es Oviedo, esto es Oviedo aunque no lo parezca”, repetía insistente José Luis Costillas, concejal de Cultura y responsable del sarao. Y que lo siga siendo.