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Director y clavista de “Forma Antiqva”
Aarón Zapico

“Tocamos clásica de manera moderna”

“Buscamos sacar al público de su zona cómoda y entregarle algo nuevo por lo que le merezca la pena haber salido de casa”

De izquierda a derecha, Daniel Zapico, Daniel Pinteño, Aarón y Pablo Zapico, Ruth Verona y Jorge Jiménez. | LNE

Aarón Zapico (Langreo, 1978) es el director del grupo “Forma Antiqva” que integra junto a sus dos hermanos, Pablo y Daniel. En sus más de veinte años de trayectoria han reivindicado el patrimonio cultural español por los escenarios de todo el mundo. Con una formación variable, liderada por el clave, la triola y la guitarra barroca de los hermanos Zapico, el conjunto experimenta sobre el repertorio musical de los siglos XVII y XVIII. Esta tarde presentan en el marco del XIV Festival de Música Antigua de Gijón el espectáculo titulado “Farándula Castiza”. Este programa, galardonado con el premio más prestigioso de la música clásica, el Sello Festclásica, recupera el ambiente castizo del Madrid del siglo XVIII.

– ¿Qué propone el programa de “Farándula Castiza”?

– El contenido de este espectáculo es la música española de la segunda mitad del siglo XVIII. Este periodo supone el esplendor de la música barroca, sobre todo en Madrid, dónde se produce un bullicio cultural muy interesante, una “movida madrileña”. En este Madrid las influencias de Francia e Italia se integran con géneros españoles como la tonadilla y la zarzuela. En este programa retratamos ese paisaje sonoro con un formato que el público percibe con todos los sentidos.

– ¿El público del siglo XXI puede identificarse con la música barroca?

– El repertorio barroco se compuso hace 200 años y aunque nos pueda sonar lejano es una música muy moderna. Trata los mismos temas que nos preocupan hoy en día. Hunde sus raíces en el folklore y componentes como el ritmo, la melodía y la duración de las piezas conectan con los oyentes. Nosotros la tocamos de la manera más moderna posible para acércalo al público.

– Han recorrido España y el extranjero ¿se percibe la música clásica igual en todos los sitios?

– En España la música en general vive un periodo muy interesante y el público la recibe de una manera fantástica. Lo que nos diferencia de otros países, y por lo que estamos luchando los músicos españoles, es que los programadores apuesten por el intérprete español. Países como Francia han apostado por sus intérpretes desde el minuto uno. Aquí todavía pesa mucho esa idea de “lo que viene de fuera es mejor”.

– Una crítica generalizada a la música clásica es que no ha sabido adaptarse al público joven. ¿Falta experimentación?

– Hay todavía una esfera de la música clásica muy conservadora que tiene miedo a experimentar con nuevos formatos y espacios. Pero, por otro lado, hay un sector con mayor potencia económica y visibilidad, ávido de hacer cosas nuevas. Nosotros estamos un poco en esta linea. Somos artistas de nuestro tiempo, no podemos ignorar nuevas vías de comunicación con el público. Buscamos sacar al oyente de su zona cómoda y entregarle algo nuevo por lo que le merezca la pena haber salido de casa.

– ¿En qué consiste la experimentación de “Forma Antiqva”?

– Desordenamos y repensamos las obras para recrear el ambiente que buscamos. También hay innovación en nuestra manera de tocar que es muy activa y participamos mucho con el público. Tampoco podemos olvidarnos de las redes sociales donde entablamos una relación con nuestros seguidores. Con “Farándula Castiza” hemos desarrollado una línea argumental, incluso diseñamos un vestuario específico para este programa. No tocamos música por el mero hecho de tocar, queremos provocar un estímulo en el público.

– ¿Cómo ha sido la vuelta a los escenarios tras la pandemia?

– En unos meses valoraremos mejor las consecuencias de los cierres pero vamos a tener que abrazarnos para salir del atolladero. Va a ser difícil reunir los públicos que teníamos antes y acceder al dinero público que se destinaba a la música. Pero soy optimista: si todos remamos en la misma dirección, habrá solución.

– ¿Con ese optimismo sacan algo positivo de este parón?

– El modo en el que el sector cultural utilizó el cierre forzoso de la pandemia para crear nuevos formatos y maneras de acercarse al público ha sido ejemplarizante. Creo que los artistas supimos adaptarnos bien a los tiempos. En mi caso empecé a utilizar el iPad en los conciertos y desarrollé programas para los que nunca tenía tiempo.

– Con la gira de “Farándula Castiza” vuelven a los conciertos y a recorrer Asturias. ¿Es especial regresar festival gijonés?

– El Antiguo Instituto es un sitio que conocemos muy bien. Allí hemos dado muchos conciertos e impartido clases. El espacio se adecua muy bien a este tipo de música por sus dimensiones y por la acústica. Estamos muy contentos de poder hacer este concierto porque nos retrotrae a otros tiempos en el festival de Gijón. No falta un componente emotivo de tocar en nuestra casa, en Asturias.

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