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Adiós mascarilla, hola pintalabios: las ventas de carmín se disparan en Asturias

El maquillaje labial, en alza en detrimento del lápiz de ojos y las sombras, tras dejar de ser obligatorio cubrirse la cara

Sofía López pinta los labios a Sara Arobes, ayer, en Avilés. | Mara Villamuza

La mascarilla ha muerto (en la calle y si no hay aglomeraciones), viva el pintalabios. Este va ya camino de destronar en ventas al lápiz y sombras de ojos, además de máscaras de pestañas, cosméticos al alza desde que hubo que taparse la boca prácticamente a todas horas: en la calle, en los bares, en el trabajo... Pero ahora, con la cara al descubierto, el carmín vuelve y con fuerza.

Así lo constata Zoraida García, encargada de la perfumería Arenal, en Avilés. Explica que hasta hace una semana los protagonistas en belleza eran los ojos y las clientas buscaban productos como eyeliners, sombras y máscaras de pestañas. Tras la nueva normativa que permite liberarse de la mascarilla en ciertas ocasiones, las ventas de pintalabios se han disparado. Y además de los de efecto mate, los “glosses” (brillo labial) vuelven a recuperar terreno.

Otros de los productos más vendidos, explica García, son los esmaltes de uñas en tonos llamativos que triunfan esta temporada.

Los protagonistas en belleza fueron durante meses los ojos y se buscaban productos como eyeliners, sombras y máscaras de pestañas; tras la nueva normativa las ventas de pintalabios se han disparado y los “glosses” recuperan terreno

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El coronavirus ha transformado muchas de las costumbres cotidianas, y los cosméticos no pudieron sustraerse a la pandemia, influido su uso por la mascarilla. Maquillarse se había convertido en una práctica complicada –bajo la protección se crea una atmósfera húmeda que hace que el maquillaje dure menos tiempo y se dañe–, pero ahora volverá a ser rutina.

Agustín Hernández tiene 23 años y es peluquero y maquillador con salón en Las Vegas, Corvera. “El uso de mascarilla deja pocas opciones en lo que al maquillaje se refiere, pues la parte inferior del rostro no se ve”, señala. Durante la pandemia se ha resaltado el maquillaje en los ojos, pues tocaba sonreír con la mirada “Si perdemos la sonrisa, lo perdemos todo en la vida”, señala este especialista

Arriba, un rostro maquillado; a la izquierda, una novia con los labios pintados. | Cedidas por Agustín Hernández, peluquero y maquillador.

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Ahora que parece que la mascarilla empieza a desaparecer, los labios vuelven a ser un foco de atención y para ello recalca la importancia de utilizar una buena prebase y mantenerlos hidratados, además de usar productos de larga duración y resistentes al agua.

Los pintalabios habían tenido una caída de ventas pese a ser un básico de belleza, capaz de resaltar la sensualidad femenina que desprenden los labios. Es un producto multifuncional que sirve de colorete y sombra de ojos. El sector de cosmética se ha tenido que adaptar a los tiempos que corren apostando por la digitalización y uno de los afectados son los probadores o “testers” de productos que han desaparecido dada las medidas sanitarias.

La herramienta digital de “try ons” permite que los compradores prueben el maquillaje desde su casa de forma virtual . Los cosméticos destinados al cuidado de la piel –que ahora se conoce como “skincare”, en inglés– han tenido mucha salida dado los problemas que la mascarilla produce en el rostro.

Adiós mascarilla, hola pintalabios

Según Zoraida García, ”la piel de algunas personas se resiente por las muchas horas que está cubierta por la mascarilla; está más sensible y estresada, se calienta bajo la mascarilla y su cuidado es más importante que nunca”.

Durante la pandemia la obsesión era encontrar tratamientos faciales que amortiguaran los efectos de la mascarilla. En consecuencia, los productos que más se consumieron fueron las cremas hidratantes, serums y aceites. Los remedios caseros y naturales tuvieron también su auge.

Pero este verano cambian las tornas y los rostros volverán a disfrutar de los buenos efectos del aire fresco. Toca decir “adiós mascarilla, hola pintalabios”.

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