Nava ya destila sidra, y lo hace de nuevo con la vista puesta en la calle. La 44 edición del Festival de la Sidra está en marcha y los culetes espalman para que el fin de semana vuelva a parecerse un poco más a las citas festivas de antaño, recuperando los escenarios al aire libre para los dos grandes eventos del certamen: el sábado, el concurso a la mejor sidra de Nava y de Asturias, y el domingo, el concurso de escanciadores.
La bebida emblema de Asturias tendrá que convivir un año más, eso sí, con el gel hidroalcohólico, las mascarillas y la distancia social, amén de los aforos restringidos. La plaza de Manuel Uría será el escenario abierto en el que se celebrarán los concursos, con un camión de la Vuelta Ciclista a España como escenario y después de que el año pasado se hiciera a puerta cerrada y sin público en el Llagar de Sorribes.
En esta edición la sidra vuelve a la calle, pero bajo férreas medidas de seguridad supervisadas por un equipo organizador que no deja nada al azar: sólo 110 personas podrán seguir los concursos “sentados, con metro y medio de distancia, con circuitos de entrada y salida y con controles de temperatura”, recordaba ayer la concejala de Medio Rural, Isabel Calleja. Porque “queremos recuperar un poco de normalidad volviendo a la calle, pero la seguridad es lo primero y lo más importante”.
Para muestra, la primera de las actividades festivaleras celebradas ayer, la primera preselección de las sidras que irán a concurso el sábado. Un trámite solventado, este sí, de forma privada en Sorribes y con todos los protocolos ajustados al máximo. El jurado, compuesto por Maximino Villarica, Gumersindo Martínez, Guti Rodríguez, Víctor Fernández y Avelino Fuentes se sometió a un estricto protocolo para la primera de las catas, que cribó un total de 20 sidras hasta dejar en seis las aspirantes a la gran final. Un ejército de vasos limpios, desinfección después de cada culete servido por la escanciadora naveta Laura Ovín, de la Sidrería La Barraca, y un control férreo por parte de la organización para que nada se tuerza y el fin de semana las votaciones a la mejor sidra vuelvan a ser la cantinela mañanera en la villa.
“Este año está todo más complicado, la sidra sigue en los lagares y hubo que aplicarle frío para la conservación, pero es lo que hay y hay que hacerlo lo mejor posible”, razonaba antes de la primera cata el presidente del jurado, Maximino Villarica, quien confía con todo en que “haya buen material” y la buena cosecha que se augura este año lleve a un mejor festival el año que viene. La segunda preselección tendrá lugar el jueves, y el viernes se elegirán en semifinal los ocho caldos finalistas. De ellos saldrá el campeón de campeones a mediodía del sábado, a pie de calle y con ganas de normalidad. “Pero con cabeza, sólo pedimos a la gente que sea cabal”, insiste el gobierno naveto.
Las actividades se extienden a lo largo de esta semana y se pueden seguir online en la página web y el facebook del Ayuntamiento. Esta misma tarde habrá un coloquio sobre los 25 años del Museo de la Sidra, y el mismo sábado se celebrará un pregón virtual y en directo través de Internet a cargo de la periodista local Susana Hevia. Hay ganas de sidra, hay ganas de volver la rutina y que la gente lo sepa.