En la meca del windsurf de Europa hay un asturiano al que los deportes marinos del viento se dan de vicio. Originario de Oviedo, Hugo Miravalles cambió hace casi 20 años una vida de monitor de esquí en Asturias por el ambiente de Tarifa. Aficionado desde joven a los deportes, probó suerte con el windsurf y el kitesurf y puede presumir de ser monitor de estos deportes en el lugar de España con más afición. No solo eso, además, lleva él mismo la gestión de una escuela dedicada ambos deprotes en el municipio gaditano.

“Fue en 2003 cuando empecé a viajar yo solo al sur, por mi cuenta. Por aquel entonces, trabajaba de monitor de esquí en Asturias, pero una vez probé lo que era un invierno en el sur, ya no pude volver”. Así explica Hugo Miravalles cómo cambió toda su vida norteña por el sur de Tarifa. Desde siempre fue un enamorado del sur, y ahora gestiona Laduna, una escuela de windsurf y kitesurf en la costa de Cádiz. “Desde los 12 años veraneaba en Cádiz y hacía este tipo de deportes. Siempre me ha gustado mucho el sur”, razona Hugo Miravalles. 

En 2007, después de cuatro años trabajando para una empresa alemana, decidió montar su propia escuela de windsurf y kitesurf y, a día de hoy, sigue entregado en cuerpo y alma a ese negocio. La pandemia golpeó su sector igual que otros, obligándole a cerrar la escuela durante los meses de confinamiento. Aun así, Hugo Miravalles no lo recuerda tan “traumático”.  “En cuanto abrieron las fronteras, incluso las municipales, comenzamos a tener trabajo y clientes” narra este empresario asturiano casado con María José Perdomo y con una hija, Valeria.

El coronavirus no solo ha cambiado el hábito de vestir de la gente (arreglarse solo por lo que se iba a ver en una videollamada), sino que también cambió los gustos de algunas personas. “Ha empezado a venir a la escuela un tipo de cliente que no habíamos tenido nunca. Ya no venía solo gente joven, también padres con hijos en la universidad y personas de 60 años que querían probar el deporte” comenta Hugo Miravalles, y añade: “Este verano es similar, tenemos muchas reservas y las personas que vinieron para probar el año pasado, han vuelto este verano”.

Cuando se le pregunta por Asturias, Hugo Miravalles se muestra nostálgico pero a medias. “A mí el tiempo y el clima del sur me anima mucho, aquí soy muy feliz”, sopesa el asturiano, pero también admite que se “echa de menos a mi gente, aunque vienen muchas veces aquí, al final la gente de Asturias en verano busca el buen tiempo”. Eso sí, lleva sus raíces con mucho orgullo: “Yo a la gente les digo que hablo idiomas, porque hablo asturiano, español, catalán…”.