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Los guías del paraíso, en acción

Se consideran “embajadores de la región” y disfrutan de la reactivación del turismo y de poder ofrecer su acompañamiento especializado a quienes visitan Asturias

David Estévez con un grupo de turistas, en Cudillero. Nicolás FERNÁNDEZ

David Estévez Villalón se considera “un embajador de Asturias” aunque no haya recibido semejantes credenciales en ningún acto oficial gubernativo. Es guía turístico y es esa actividad laboral la que, a su entender, le convierte en el mejor introductor de la región entre los turistas, el que mejor puede presentar las bondades de la tierra y el que ayuda a que cualquier “extranjero” pueda sentirse bien acogido. “Lo hago con orgullo”, dice.

Y esos “embajadores”, el colectivo de guías turísticos de Asturias, vuelven a estar en acción tras unos meses críticos en los que el turismo se vio frenado en seco por la pandemia. Pero parece que poco a poco se va recuperando la normalidad y las visitas guiadas vuelven a la afluencia habitual de las épocas anteriores al covid en una región con rincones maravillosos para visitar y conocer. Y si en ese proceso de acercamiento a un territorio se recibe la ayuda de los guías turísticos, se puede profundizar mucho más en todos los secretos y la historia de la tierra de visita.

La historiadora y guía Patricia Pérez, con un grupo por la zona antigua de Avilés. | Ricardo Solís

“Hemos estado parados desde diciembre hasta principios de mayo, pero el verano parece que está funcionando muy bien”, explica David Estévez, guía y uno de los fundadores de la marca comercial Tyque Turismo Cultural.

Pese a esa “normalidad” que empiezan a vivir en su día a día laboral, Estévez admite que no todo ha vuelto a su cauce. “Una de las cosas que más se nota es la disminución del turismo internacional. Si bien es cierto que en Asturias nunca había sido el punto fuerte, solía notarse la presencia de italianos, franceses o portugueses por la región; ahora no, casi todos los visitantes son de España”, afirma el guía, que recalca que Asturias sigue siendo un territorio elegido especialmente por los turistas de Madrid y de País Vasco.

Alejandra Trapote, con un grupo en la montaña

“Del sur suele haber menos presencia”, apunta este especialista, “aunque parece que hay bastantes andaluces”. Su experiencia le dice que “hay gente que se mueve por lo que yo llamo ‘turismo meteorológico’, es decir, que van en busca de temperaturas no tan altas como en otros puntos de España, y por eso les fascina nuestro clima”, avisa. Otro punto fuerte de la provincia que atrae a los visitantes de todo el país es la gastronomía: “En todas las visitas algún cliente me pregunta que dónde se puede comer bien, y qué lugares les recomiendo que tengan los platos típicos asturianos”, relata Estevez, como si la tarea fuera fácil.

Estévez guiando a turistas por Teixois

Alejandra Trapote es otra guía profesional asturiana. En su caso su empresa es EnRutAsturias y ella también tiene la esperanza de que la situación continúe mejorando y los guías puedan volver a la tan ansiada normalidad, ya que estos meses han sido muy duros para el sector. “Este verano no está siendo como los prepandémicos, pero está siendo mucho mejor que el anterior sin duda. Ahora tenemos la restricción de juntar un máximo de 30 personas por grupo, que está bastante bien, y todo el mundo cumple con las medidas sanitarias. Yo no he tenido ningún problema en ese aspecto”, comenta la guía, que lleva siete años realizando visitas comentadas. Su empresa realiza tanto turismo cultural como turismo relacionado con el senderismo y la naturaleza y las salidas pueden ser casi a cualquier punto de la región.

Estévez guiando a turistas por Covadonga.

Estévez lleva desde el año 1986 disfrutando de su profesión y tras trabajar como guía acompañante por toda España, hace ya más de veinte años que logró asentarse en su tierra natal al crear Tyque. “La aspiración de muchos guías es especializarse en su territorio y en mi caso estoy encantado porque Asturias me parece un entorno privilegiado para nuestra profesión. Es el sueño de todo guía, porque es muy fácil venderla bien”, declara.

Los dos guías coinciden en que las tres localidades principales (Oviedo, Gijón y Avilés) siguen siendo lo más demandado por las visitas, destinos a los que hay que sumar también Covadonga y todo lo que la rodea. Estévez, de hecho, recorre todos los rincones de Asturias y asegura que pueblos como Castropol, Luarca, Cudillero o Taramundi también resultan muy llamativos a los visitantes. Alejandra Trapote destaca, por su parte, que una de las actividades con más éxito de EnRutAsturias es la del Camino de Santiago.

Estévez, con un grupo en la plaza de la Catedral.

“Hago la visita guiada de Oviedo a los peregrinos, para que conozcan el origen del camino primitivo y sepan el contexto de la ciudad. Al día siguiente los acompaño en el primer tramo de la ruta peregrina, para explicarles todo el entorno y los puntos de importancia por los que pasa el camino”, explica la guía, que añade que hay muchas formas de disfrutar del Camino de Santiago y que el acompañamiento de un guía puede enriquecerlo mucho. Lo cierto es que los guías vuelven a estar en acción y reivindican su valor. Dicen ambos que a pesar de que ahora mismo hay muchas más fuentes de información y la gente viene más preparada a los viajes, la labor del guía ayuda a rentabilizar el tiempo, a resolver todo tipo de dudas y a interpretar el entorno, ya sean paisajes, museos o monumentos. “Un guía siempre te va a condensar en un tiempo determinado lo más importante de cada lugar, al mismo tiempo que te lo va a hacer entretenido te vas a llevar una visión completa de cada rincón de Asturias”, afirma Trapote, a lo que Estévez añade que un guía siempre va a ser un “plus de humanidad”.

Los “free tours”, un mal en aumento que gana “propinas”

En los últimos años los guías profesionales se encuentran con una competencia no deseada, la de los “free tours” que son personas que por libre y sin acreditación específica ofrecen sus servicios de guías y aceptan propinas como pago. Según explica David Estévez, a pesar del uso de eufemismos para describir esta actividad -“taquilla inversa”, “libre pago” o “economía colaborativa”- no deja de suponer que se realiza un trabajo a cambio de la voluntad. “Los free tours denigran nuestra profesión, nadie en ningún sector trabaja única y exclusivamente por una propina”, afirma tajante.

Alejandra Trapote siente una gran impotencia ante esta situación, de la que afirma que no sabe cómo se puede luchar contra ella y que cada vez tiene más fuerza porque no se le ha puesto ningún tipo de límite o barrera, ni tiene una regulación. “A los guías profesionales nos hace mucho daño esta situación, va a llegar un momento que no vamos a poder competir contra ellos, porque están exentos de todos los pagos de Hacienda que nosotros tenemos que cumplir”, explica, para añadir que la gente que lo consume no es consciente de lo que supone. “Las personas que realizan las visitas en su mayoría no tienen la formación necesaria y las plataformas que hay detrás de ellos están ganando mucho dinero con este sistema”, comenta.

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