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Honores del Sella para “Milio el Roque”

La Fiesta de las Piraguas mantiene vivo el reconocimiento a quienes, como Emilio Llamedo Olivera, encumbraron la cita agosteña con el río

Milín Llamedo lee un texto en memoria de su abuelo.

Un 30 de julio de 2011 fallecía “Milio el Roque”, pero su estela permanece intacta en la Fiesta de las Piraguas. Contaba 71 años. Ha transcurrido poco más de una década y sigue vivo en el recuerdo de selleros y selleras. Y es que Emilio Llamedo Olivera, “Milio el Roque”, como le conocían los parragueses y convecinos, se mantiene fielmente unido –junto a otra de las almas del Descenso Internacional del Sella, Dionisio de la Huerta– a todo cuanto rodea a Les Piragües.

En la tarde de ayer, en la víspera de lo que debería haber sido la celebración del Descenso Internacional –suspendido por las consabidas causas sanitarias–, se rindió un homenaje floral en recuerdo de uno de los más grandes dirigentes deportivos de la comunidad autónoma. Un hombre de fuerte personalidad, tanto como de inmenso corazón, que supo encumbrar el Sella entre las pruebas deportivas de descenso de ríos con más tirón a nivel internacional. Eso sí, tuvo momentos buenos y otros nada halagüeños, pero los positivos superan con creces a los negativos.

Familiares de “Milio el Roque” se reunieron con ese motivo en torno al busto que se localiza en las inmediaciones del puente que también lleva el nombre del que fuera durante 28 años dirigente del Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella. Un puente –la atalaya del Descenso– que está a punto de ser rehabilitado tras mucho tiempo de reivindicaciones. Si nada se tuerce, la obra bien podría ser una realidad para el venidero ejercicio 2022, cuando tendrá lugar un Descenso del Sella que valdrá por tres tras las dos últimas suspensiones de la competición.

Milín Llamedo con su hermano David y su padre, hijo de “Milio el Roque”.

Sonó la gaita y se entonó el “Asturias Patria Querida”. Emoción contenida y alguna lágrima furtiva. No era para menos.

Emilio Llamedo nació en Arriondas y a los 21 años de edad participó por primera vez como palista en el Descenso Internacional, en K-1, con la piragua denominada “Pimentel”, adquirida precisamente a Dionisio de la Huerta. Pero fue en 1962 cuando cosechó su primer gran éxito, igualmente en K-1, con “La Rápida”, al quedar tercero y ser el primer español en Ribadesella, lo que le valió para proclamarse campeón de España de descenso de ríos. Aquella edición, en la citada modalidad individual, la ganó el alemán Rudy Grümberg, pulverizando el récord de la prueba.

“Milio el Roque” fue socio fundador del Club Los Rápidos, de Arriondas, y presidente de la entidad a finales de la década de los 60 del siglo pasado. Este 2021, el histórico club de piragüismo, ahora bajo la presidencia de Alberto Gutiérrez Cuadriello, conmemora el 60º. aniversario de su fundación. Asimismo, presidió la Federación de Piragüismo del Principado de Asturias en dos períodos diferentes y también ostentó la vicepresidencia de la Real Federación Española de Piragüismo, en tiempos de Pachi Perurena como presidente. Del mismo modo, fue jefe de equipo en diversas competiciones internacionales de los combinados nacionales de las categorías junior y senior.

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