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Kobrin deleita al Jovellanos

El pianista ruso encandila al público del teatro gijonés con la intensidad emocional de piezas de Chopin y Mussorgsky

Alexander Kobrin, durante su concierto en el teatro Jovellanos. | ÁNGEL GONZÁLEZ

El teatro Jovellanos albergó ayer el segundo y último concierto del XXI Festival Internacional de Piano de Gijón “Jesús González Alonso”, que la pandemia obligó a suspender el pasado año pero que este verano ha regresado con fuerzas. El elegido para deleitar a los presentes en esta segunda sesión fue el pianista de origen ruso Alexander Kobrin, un habitual del festival ya que no es la primera edición en la que los gijoneses pueden disfrutar de su talento al piano. Especialista en repertorio romántico y clásico, Kobrin, que ha obtenido durante su carrera multitud de premios, estructuró su recital en dos partes. Para la primera seleccionó varias piezas del polaco Frédéric Chopin, entre ellas las “4 Mazurkas Op 24”, “Una Fantasía” y “Barcarolas”, todas ellas obras con una gran intensidad emocional, como acostumbra a ser el repertorio de Chopin.

Público en el Jovellanos. | Ángel González

Tras una pausa en la que los espectadores pudieron recargar energías, el ruso prosiguió con la obra programática “Cuadros de una exposición”, del compositor ruso Módest Mussorgsky, un conjunto constituyente de diez piezas inspiradas en diez cuadros que corresponden a una exposición póstuma de su amigo Viktor Hartmann. Kobrin inició la interpretación con “Promenade”, que se repite en distintos cuadros con sensibles variaciones.

Como consecuencia de las medidas de seguridad adoptadas para la función, no se llevó a cabo el tradicional reparto de caramelos entre los espectadores, que se mostraron activos durante la sesión. Alguno incluso más ruidoso de la cuenta, dado que se vivieron momentos incómodos durante el concierto en los que sonaron teléfonos móviles que los presentes olvidaron silenciar y también se produjeron caídas de varios objetos que dificultaron por instantes el espectáculo.

La asistencia fue más baja que en anteriores ediciones, al verse mermada por las circunstancias sanitarias y las limitaciones de aforo. Pero las restricciones no impidieron que la ovación que recibió Kobrin resonara por todo el teatro Jovellanos. Como última ofrenda a un público entregado, el ruso concluyó la función con una breve pieza del francés Claude Debussy, cerrando un concierto que pone fin al Festival Internacional de Piano y reivindicando que la afición a la cultura musical permanece intacta en Gijón.

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