Buscar la manera de matar las horas muertas en la playa es algo que uno se plantea cuando coge la toalla. Los libros suelen ser unos de los compañeros más habituales de los usuarios de las playas. Y en Carreño lo han tenido en cuenta al instalar intercambiadores de libros en varias playas. Antes ya se hizo en las parroquias rurales y ahora se salta a la costa.
«Se pretende ofrecer a los usuarios y las usuarias de nuestras playas una biblioteca en la arena misma, que sea un punto de encuentro de lectura, cultural y de actividades, para conjugar cultura, ocio, lectura y disfrute», explica Jesús Varela, concejal de Cultura.
Los puntos de lectura playeros son en Palmera, Xivares y Huelgues y Carranques, estas dos en Perlora. Los usuarios pueden coger alguno de los libros o revistas que están en estos puntos y depositarlos en otros intercambiadores, así como alimentar los propios puntos con libros a los que se quieran dar salida y que puedan pasar así a otras manos. Una iniciativa que ha llamado la atención, por ejemplo de una familia de Salamanca que este martes durante la tarde intentaba disfrutar en Palmera de un tiempo poco veraniego. «Es una iniciativa interesante. Además está guapo porque hay cosas para todos los públicos», dijo María Vicente, acompañada de su hija y de sus nietos. La iniciativa busca así promocionar nuevos espacios culturales y estimular hábitos como la lectura, así como darle una segunda vida a libros usados, lo que permite crear un flujo de libros que facilita el intercambio y que los libros vayan pasando por las manos de diferentes usuarios interesados en la lectura.
El grueso de los libros que ocupan estas zonas de trueque han sido facilitados por la Biblioteca Municipal «Carlos González Posada», bajo la dirección de la bibliotecaria Carmen Dintén. Todo también contando con la ayuda y la coordinación con el equipo de socorrismo de cada uno de los cuatro arenales.
