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Una noche de fracturas

«La fractura».

La fractura a la que alude el título es universal: la de la diferencia de clases. Pero también hay en el relato una más cotidiana, la de una mujer que se rompe el brazo y debe pasar la noche en una sala de urgencias con pocos sanitarios para tantos pacientes.

Y aún hay en la película una tercera, la sentimental: la mujer con el brazo roto (encarnada por Valeria Bruni Tedeschi) y su compañera sentimental (Marina Foïs) están a punto de separarse, aunque la primera, ilustradora, se aferra a la idea de volver a seducir a la segunda, editora de cómics.

La acción transcurre durante una noche en las urgencias de un hospital parisino. Fuera, las manifestaciones de los chalecos amarillos se han cobrado más víctimas de la cuenta. La policía llega a rodear el hospital, en el que se dan cita personajes variopintos.

El peso principal recae en las dos mujeres y un chaleco amarillo malherido que no puede recibir la baja porque perdería su trabajo como camionero.

Catherine Corsini empieza el filme de forma vertiginosa: situaciones, diálogos, personajes (especialmente el de Tedeschi). Pero a medida que aumenta la revuelta y la tensión, el relato se hace sosegado, y con ese sosiego surgen de manera natural reflexiones sobre la crisis económica, los prejuicios ideológicos y las relaciones afectivas, todo ello bien cohesionado, sin fractura narrativa.

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