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El jazz se apodera de CANDÁS

Conciertos en diversos espacios y cursos de improvisación para todas las edades inundan de ritmo la villa marinera

El concierto que ofreció ayer «Miguel Herrera Quartet» en Les Candases. | R.B.G.

Candás respira jazz. El saxo, el clarinete, el contrabajo o el piano se han apoderado de las calles y rincones de la villa carreñense en la décima edición de la Semana del Jazz. Un evento que ha ido creciendo hasta consolidarse en la actualidad con una nutrida presencia de artistas y visitantes de fuera del Principado, que tienen en Candás una cita ineludible cada verano.

Vivienne Sarobe, una de las cantantes del curso. | B. G.

Los conciertos y el curso de improvisación son las dos grandes patas en las que se sostiene la Semana del Jazz candasina. Eso y las sesiones que van surgiendo en diferentes rincones de la villa, en los que aficionados a este género se unen para llenar el ambiente de música. Alejandro Lafuente, más conocido en la villa como "Lafu", es profesor de la Escuela de Música de Carreño y uno de los organizadores que hace que todo funcione. "Candás estos días respira jazz. Estamos encantados. Son ya diez ediciones y es una trayectoria donde llenamos en todos los conciertos y donde el curso de improvisación tiene un exitazo tremendo. Estamos muy orgullosos del curso. Se ha ido formando un intercambio cultural, gente que empezó aquí hace diez años y ahora son casi profesionales... Hay un nivelazo, es algo casi impensable", reflexiona Lafuente. Y es que cualquiera que estos días haga un paseo por la villa o se detenga en algún bar es posible que se encuentre algún concierto o alguna sesión vinculada al festival.

En la imagen de la izquierda, Lara Hoevenaar, durante el concierto que ofreció ayer en Candás. En el centro, arriba, varios alumnos del curso de improvisación en la clase dirigida por Jorge Viejo. Debajo, uno de los pianistas participantes. A la derecha, uno de los componentes de la formación que ayer tocó en la Fábrica de Ortiz con motivo del festival de Candás. | B. G.

Una parte importante del festival es el curso de improvisación que se desarrolla desde el lunes y hasta mañana viernes, con cuatro horas en turno matinal y dos en el vespertino. En esta edición se han alcanzado los 44 inscritos, con gente llegada desde todos los rincones de España y que repite en cada edición. Jorge Viejo es uno de los cinco profesores que da clase en un curso en el que destaca la camaradería entre los participantes. "Lo más importante es el buen ambiente que se crea en el curso. Los profesores somos amigos y hay un ambiente de colaboración, de crecer, de mejorar... Los propios alumnos quedan para tocar, hacen sesiones por su cuenta... El secreto es ese, el buen ambiente entre alumnos y profesorado", apunta Viejo. Un buen ambiente que se construye, además, con gente de diferentes edades y de diferentes rincones del mapa. "Hay mucha gente que repite, gente veterana que viene de muchos años ya. En esta edición hay una cosa a resaltar, que tenemos a gente de trece, catorce y quince años. Es un muy buen dato", añade Viejo.

El jazz se apodera de CANDÁS

El festival también da la oportunidad a que nuevos artistas puedan darse a conocer en concierto. Ayer fue el primero, por Lara Hoevenaar, de raíces holandesas: "Vine de Erasmus al conservatorio de Pamplona y me quedé. Acabé la carrera y me vine a Asturias. Cantar en escenarios como este es un lujo", afirmó.

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