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El verano de la normalidad fue el más raro

Asturias se prepara para un otoño que aventuran complicado después de una temporada estival marcada por una histórica y atípica ola de calor, y por los llenazos de récord en playas, fiestas y exitosos festivales de música, un ocio recuperado con ganas después de dos años de restricciones pandémicas

Por la izquierda, detrás, África Dougan, Álex Boada y Ander Santiago; delante, Luciana Nechifor, María Valderrama y Eva Jiménez, despidiendo el verano en «modo emoticono», en la playa de San Lorenzo de Gijón. | Marcos León

El equipo de 10 socorristas en las playas de Arnao y Penarronda (Castropol) concluyó este miércoles 31 de agosto su trabajo en un verano que califican de "bueno", con días muy calurosos y mucha gente, en palabras del coordinador, el tapiego Jesús Fernández. Fue para ellos una temporada, además, con bastantes incidencias y, por tanto, estrés, pese a que esto se lleva bien cuando, admiten con sorna, trabajan "en una de las oficina con las mejores vistas del mundo".

Román López y Nacho del Valle, socorristas en Arnao (Castropol), recogiendo su puesto. | Tania Cascudo

Mucho calor y mucha gente. Es el resumen general de un verano atípico en Asturias, pese a que iba a ser el de la normalidad al dejar atrás las restricciones que hace dos años impuso el puñetero coronavirus, hoy ya casi olvidado. La histórica ola de calor de mediados de julio pasará a eso, a la historia, con la temperatura récord: 41,4 grados. También pasarán a la historia los llenazos en playas y rutas de montaña, un escenario este último que ha registrado una de las mayores cifras de accidentes, concentrados además en la temporada. Será también el de 2022 el verano en el que los festivales de música dejaron claro que llegaron para quedarse en el Paraíso Natural con cifras apabullantes de asistencia (60.000 en el Aquasella, 140.000 en el Bombastic de Llanera...). Un estudio realizado por la marca Ron Barceló en toda España sitúa a los jóvenes asturianos entre los segundos de España que más asisten a estos eventos: el 50%, tan solo por detrás de los gallegos.

Dolores Fernández y José Antonio Carazo, de Madrid, yéndose de Palmera, en Candás. | Borja García

Sin olvidar las fiestas y romerías históricas como el Xiringüelu, San Timoteo o el Carmín, que en su regreso al calendario después de la pandemia dinamitaron todos sus índices anteriores de asistencia de años atrás. Ahí están los fuegos de Begoña en Gijón y los de San Agustín en Avilés, seguidos por miles y miles de personas. Atípico es ver en Oviedo una plaza de la Catedral llena en pleno ferragosto, antaño por esas fechas solo con las presencia de la bonita imagen de la icónica Ana Ozores de "La Regenta".

Beatriz Vicente y Álex Álvarez, recogiendo sus cosas en la playa de Salinas. | Mara Villamuza

En resumen, Asturias se ha llenado. "Que nos quiten lo bailao" parece que fue la consigna –ante el complicado otoño que anuncian– de foráneos y también de autóctonos que se echaron a la calle a disfrutar del ocio en sus barrios, ciudades y pueblos.

Consuelo Fernández deja El Sablón, en Llanes. | María Villoria

Animados por un buen tiempo que, ojo, no ha sido eterno. Porque en el verano astur no han faltado las nubes, el orbayo y las nieblas típicas del Norte. Sin ir más lejos, este mismo martes hizo una jornada clásica en el Principado donde las haya –nubes, llovizna, brumas, humedad–. Este periódico se fue a la playa a despedir junto a los bañistas el verano. Haberlos, los había, pese a la ausencia de sol. Porque ya se sabe, Asturias no es Marbella y en el Norte hay mil formas de disfrutar del mar. Fueron miles los que este verano se acercaron al litoral a disfrutar de las joyas playeras del Paraíso Natural.

Y para ayudar en esos planes les ha acompañado este suplemento estival de LA NUEVA ESPAÑA con la serie "Bellezas a toda costa", con la que se retrataron las 20 playas favoritas elegidas por los cien encuestados por el periódico. Una serie que empezó en el Oriente con Torimbia (Llanes) y acabó también en la zona con La Espasa (Colunga), después de haber recorrido toda la franja costera, incluido el Occidente y el Centro.

Pero como nada es eterno, el verano apura su final y este suplemento toca este mismo miércoles 31 de agosto a su fin. Con los protagonistas del estío asturiano despidiéndose de los lectores pasamos página. No es un adiós, sino un hasta el próximo verano de 2023.

Además, ya está a la vuelta de la esquina... Y, si no: que nos quiten los bailao.

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