Los vestidos volvieron con fuerza hace un par de veranos. Muchos gurús de la moda pensaron que sería una tendencia pasajera. Un grave error de cálculo. El paso del tiempo no ha hecho más que consolidar la presencia en los armarios femeninos de las piezas que seducen a millones de mujeres en todo el mundo.

La prueba irrefutable es que ni una sola colección prescinde de los vestidos. Desde Chanel hasta Zara existe una amplia gama repleta de matices, con gratas sorpresas para quienes lidian a diario con la crisis: no hace falta arruinarse para lucir un bonito vestido. Este año se acortan y ganan volumen en las faldas.

Las más afortunadas en el aspecto económico o las que no temen quemar la Visa sin pensárselo dos veces siempre pueden optar por uno de los «pequeños vestidos blancos» de Chanel. Son lo más. En la tienda parisina se los rifan. Botega Veneta y Prada también ofrecen buenas alternativas, aunque más pegadas al cuerpo, marcando las formas femeninas.

Zara, H&M, Blanco y Mango son la salvación del resto de las mortales, que pueden lucir espléndidas con gastarse una cantidad que oscila entre los 20 y los 100 euros. Los vestidos de esta temporada tampoco entienden de horario. Así que un modelo playero puede reciclarse perfectamente para un cóctel de tarde. La clave está en los accesorios. Los collares enormes con piedras semipreciosas son capaces de sacar el máximo partido a cualquier modelazo.

En los próximos meses, los colores vistosos y chillones del año pasado se irán perdiendo y los tonos nude, pasteles y gris marengo recuperarán protagonismo. Las gafas de pasta estilo «empollona» regresarán a las calles, con los pañuelos en todos los tamaños y tonalidades.

Los pantalones «baggy» serán otra de las tendencias clave de la temporada, con camisas y blusones holgados, como los de Etxart & Panno. Para calzarse siguen de plena moda los «peep toes» con plataforma o sin ella, pero siempre con un espectacular tacón de aguja, como los nude de Paco Gil, o en forma de botín, como los de Lodi.

El estampado animal seguirá siendo tendencia, como el bolso de pitón de Sendra Style, y también los cuadros, como las zapatillas de J'Hayber y de Victoria.

Los diseñadores también han decidido que este verano los chicos irían vestidos de azul. El gran clásico, que regresa verano tras verano y es fácilmente combinable, sobre todo, con blanco y también para llevar como color único.

Louis Vuitton, Yamamoto o Paul Smith proponen prendas que recuerdan a los campus universitarios de la costa este estadounidense. Los cardigan por los hombros regresan al candelero.

La versión ecológica de H&M Vuitton salta al terreno de juego

La cadena sueca H&M acaba de dar el campanazo con la colección «Garden Collection», elaborada con materiales ecológicos. Así es como se ha creado el vestido «bustier» rojo (en la foto de la derecha), que se convertirá en una de las prendas más buscadas en las próximas semanas. Uno de sus grandes atractivos es que no llega a los cuarenta euros.

La ropa ha sido diseñada por Ann-Sofie Johansson, que afirma estar muy orgullosa de esta nueva colección cuyas prendas han sido elaboradas con materiales ecológicos y reciclados. Entre los modelos hay de todo. No falta la combinación de estampados florales y los clásicos color caqui, que son perfectos tanto para salir de día como de noche. Para los hombres, Johansson propone trajes de algodón orgánico de corte ajustado y muy elegante junto con camisas estampadas con pequeños cuadros.