Como muchos artesanos, Juan Lozano afirma rotundo que «este trabajo tien que gustate» para dedicarse a él con tanto corazón y tantas horas. Él es madreñero, uno de los últimos de Caso, concejo asturiano de reconocida fama por sus maestros madreñeros y también por el trabajo de la piedra. Es de Bezanes, pero vive en Pendones. Entre las maderas con la que realiza las madreñas destaca el castaño, aunque antiguamente lo que más se trabajaba en la zona, dice, era el haya. Aprendió el oficio de su padre, que hizo madreñas nada menos que durante 60 años. Le gusta explicar, paso a paso, su elaboración y matiza que, aunque los diseños se parezcan, en «cada zona de Asturias se hace un tipo diferente de madreña y por eso lleva la firma, por así decir, de su autor».

Justamente desde Pendones, donde vive, sale una ruta (la PR AS-64) que con una dificultad más bien media-baja y teniendo como punto final Orlé, combina en su paisaje la montaña, los pastos y el río en unos 10 kilómetros que se pueden recorrer en aproximadamente cinco horas. Partiendo de esta localidad en dirección a las cabañas de La Quemada, sale desde allí un camino a la izquierda que introduce al viajero en un bosque que, por diversas vías, le desembocan en la majada del Juacu, desde donde se continúa el ascenso al Colláu Capiella. Esta zona es considerada un privilegiado mirador desde donde se puede ver desde el Monte de Redes al Cantu l'Osu o el Tiatordos, por citar algunos picos. El descenso se inicia desde el valle de Capiella siguiendo el camino que deja a la izquierda la riega hasta el fondo del valle. Acompañados por el río Orlé y a la sombra del hayedo se llega a las cabañas de Conforcos y se sigue hasta la majada L'Acebal. Desde aquí un precioso camino empedrado lleva a cruzar el río en dos puentes y, tras acceder a una pista, se llega finalmente a Orlé.