Teresa Sapey es una de las pocas mujeres arquitectas que triunfan en España. Lo mismo diseña un aparcamiento que una terraza para un ático. Es italiana y ella misma reconoce que desembarcó en Madrid por amor. Cuando llegó ya estaba licenciada en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Turín y era doctora en Bellas Artes por la Parsons School of Art&Design en París.

En 1989 se lió la manta a la cabeza y fundó en Madrid un estudio de arquitectura en el que hoy trabajan diez personas. No le salió mal la jugada, aunque reconoce que muchas veces se ha lanzado al vacío. También le gusta enseñar. Es miembro del Royal Institute of British Architects y colabora como docente en la Facultad de Arquitectura de La Vilette (París), la Domus Academy (Milán), en la Universidad Camilo José Cela y la Universidad Politécnica de Madrid.

Una de sus especialidades es el diseño de vanguardia de lujo para casas, tiendas, restaurantes y hoteles, así como el diseño industrial. Los críticos aseguran que sus proyectos se basan en las emociones y los sentimientos. Ella dice que el objetivo es provocar esas mismas emociones a los usuarios del espacio.

El trabajo de Sapey tiene «corazón» y parte con el objetivo de hacer más «amables» los lugares en los que se desarrolla la vida, pública o privada. Nunca faltan los colores llamativos y elementos provocadores que hacen su trabajo inconfundible. Su toque femenino se refleja en cientos de detalles.

Cuando diseña casas tampoco escatima esfuerzos. Según Sapey, los españoles se han convertido en «hedonistas del espacio y maníacos del atrezzo perfecto». Asegura que ahora, los cuartos de baño, la cocina y los armarios son los nuevos centros de la casa, espacios destinados a la relajación y la salud. Esto se debe a la importancia que se da al cuidado del cuerpo y a la organización, como remedio al estrés del mundo exterior.

Opina que actualmente la sociedad española es más abierta de mente y por eso no tiene reparos en seleccionar y mezclar estilos y culturas, dando rienda suelta a una mayor creatividad.

En resumen, Sapey, que admira a la asturiana Patricia Urkiola, considera que los españoles cada vez invierten más en la decoración de la casa, primando la comodidad frente a la estética. De eso sabe bastante.

La dama de los aparcamientos

Teresa Sapey se ofreció directamente a diseñar el aparcamiento del Hotel Puerta América en Madrid. Era el modo de incorporarse a un proyecto asociado a firmas como las de Foster, Pawson, Zaha Hadid o Nouvel. El proyecto abrió un filón. Sapey ya ha firmado otros cuatro parkings en Madrid, Valencia y Vitoria y trabaja en otro más en Barcelona. El parking sorprende por su colorido y su señalización, con señales de movimiento que indican la salida compuestos por fragmentos del poema «Liberté» de Paul Éluard.

El Galaxy-Tab, con un mundo de accesorios

Samsung ha anunciado una línea de accesorios para el recién llegado Galaxy Tab. Se trata de una línea perfecta para el «objeto de deseo» de estas Navidades, y que estará disponible este mismo mes. El Galaxy combina movilidad y potencia en un dispositivo. Es la única tableta, que por tamaño, puede ir legalmente en la parte delantera del coche, lo que le convierte en un GPS. Además sirve para entretener a los más pequeños que pueden ver películas y series.

Hermès, con la seda al cuello

La casa Hermès ha lanzado una colección de pañuelos de seda dedicada a Grace Kelly y la ha bautizado como «Kelly en Perles». Se compone de cinco pañuelos de seda de 70 centímetros realizados a mano. La imagen del bolso «Kelly» es la protagonista del diseño, acompañada de un gracioso estampado con mosaicos de perlas. La princesa de Mónaco fue una de las mejores embajadoras de la firma francesa, que sigue siendo uno de los símbolos del lujo en el mundo. De hecho, a pesar de la crisis, el mítico bolso Kelly, que ella hizo famoso, sigue teniendo largas listas de espera en todo el mundo. Los pañuelos, se venden a un precio de 215 euros.