Aunque el reloj nos haya robado una hora más de luz y a las siete de la tarde ya sea de noche, ello no impide que Asturias siga ofreciendo, a cuantos gustan de recorrerla, paisajes, gastronomía y actividades adecuadas a cada mes del año. Así, y optando esta semana por viajar por el occidente costero asturiano, nada mejor que recorrer Cudillero por su antigua carretera que, además de las curvas, ofrece numerosas paradas de interés. Una de ella es en el pueblo de Ballota, que se asoma al mar Cantábrico adornado de impresionantes acantilados y playas de cantos rodados; un pueblo de casas blancas y palmeras, algunas reveladoras de su pasado indiano, y lleno de pequeños caminos entrelazados.

También es lugar de paso de numerosos peregrinos que, siguiendo la ruta de la costa, van hacia Santiago. Algunos de ellos visitan también su pequeña iglesia del siglo XVIII donde hay dos cuadros del pintor Dionisio Fierros, nacido en este pueblo. De igual forma y mezclándose con su clientela habitual, estos peregrinos hacen parada para reponer fuerzas en el bar restaurante Casa Fernando, un establecimiento que es todo un clásico en Cudillero y que fue fundado por Fernando Alonso y Leonor Ugalde como bar peluquería en 1945.

Su hijo, también llamado Fernando Alonso, y su mujer, Josefina Sierra, tomaron las riendas del local en 1997 y dieron un importante y renovado impulso al negocio, una actitud y una forma de trabajar que continúan hoy el hijo de ambos, Miguel Ángel y su mujer, Beatriz Tenreiro, quienes se han hecho cargo de la dirección desde hace unos meses, tras la jubilación de Fernando Alonso.

Beatriz Tenreiro, que además de hostelera es una gran deportista -fue campeona de Asturias, de España y del mundo de triatlón- trabaja codo con codo con Miguel Ángel, hombre creativo que apuesta por la innovación e ideólogo de los nuevos cambios que, sobre la mesa, está descubriendo a sus clientes este establecimiento. Ambos resaltan el buen hacer ante los fogones de Fina García y Ana Gutiérrez, las cocineras, artífices de que durante la semana los comensales puedan encontrar en este establecimiento generosos menús por 10 euros.

Así, y por citar uno a modo de ejemplo, da a elegir en sus primeros entre paella, ensalada de garbanzos con gambas, ensaladilla rusa y potaje de repollo y judías con jamón; entre los segundos, pollo con patatinos, rollo de bonito, lomo a la plancha, escalope de ternera y carne asada; y entre los postres, tarta de la casa, helado, macedonia o yogur.

Los domingos el menú es especial y, a un precio de 15 euros, se puede comer pulpo con gambas y patatas, fabes con almejas, pote, repollo relleno, merluza a la cazuela, entrecot de buey, cachopos, san jacobo de la casa, bacalao al horno, tarta de la casa, frixuelos, tarta de almendra o arroz con leche. Eso sí, cada domingo, es diferente.

Una circunstancia que hay que tener en cuenta es su día de cierre por descanso: el sábado, por lo que habrá que esperar a mañana, domingo, o bien acercarse a Ballota a lo largo de la semana, para disfrutar de algunos de sus platos.