Un espectáculo para recordar toda la vida, con una historia y una partitura musical muy potente, y con algunas de las canciones más emblemáticas de la historia de los musicales. "Cabaret" debutó ayer por todo lo alto en el teatro Jovellanos de Gijón. El elenco de actores encabezado por Alejandro Tous, Teresa Abarca y Armando Pita se llevó la ovación del público asturiano tras dos horas y media al más puro estilo de Broadway como parada de una gira para conmemorar el 50.º aniversario del estreno en los escenarios de Nueva York.
El Jovellanos estuvo prácticamente lleno, con público de todas las edades, aunque la mayoría adulto, para disfrutar de una obra con una espectacular escenografía, en la que el equipo artístico y los actores lograron meter a los asistentes en la historia desde el primer minuto.
Ayer fue la primera toma de contacto con el público asturiano, que podrá disfrutar aún de otras seis funciones desde hoy y hasta el domingo. "Cabaret" levantará hoy y mañana el telón del escenario gijonés a las 18.30 y 22.30 horas, y el domingo a las 17.00 y 21.00 horas.
La función inicial comenzó con el famoso número de "Wilkomenn", que se cerró con una estruendosa ovación, y dando paso al maestro de ceremonias -que tuvo gran parte de protagonismo durante la obra- para ir presentando a los personajes. La enorme escenografía se apreció en detalles como la representación del "Kit Kat Club", a dos alturas, y con la orquesta en la parte de arriba del escenario.
La puesta en escena fue uno de los puntos fuertes del musical, con una notable fluidez entre números y también a la hora de hacer avanzar la acción, que combina a la perfección el teatro y la música. Así fueron sonando temas míticos del musical, como "Money, money" o "Maybe this time", que fueron los que cosecharon más aplausos del público.
Más allá de la música, el dispositivo que rodea a "Cabaret" confirma la espectacularidad del montaje. Hasta seis camiones tuvieron que desplazar los 540 metros cúbicos de material para conseguir espacios bien construidos con escenografía e iluminación.
Tampoco faltó el toque de humor en una función que hizo las delicias de un público partícipe de la obra, ya que el maestro de ceremonias incluso sacó a una mujer del público a bailar en un momento de la representación.
