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Verde espesura

La exuberancia del jardín mediterráneo inspira los espacios exteriores y las terrazas urbanas

El jardín mediterráneo, tal y como lo conocemos hoy, nació en la Edad Media con el objeto de dar constancia del poder de los reyes, que con plantas y juegos de agua trataban de apabullar a todo el que los visitaba en sus dominios.

Siglos después, los jardines y terrazas merecen un lugar entre las áreas más nobles de la casa y hablan a las claras del estilo y gusto de sus propietarios. Vestir el exterior es tan importante o más que cuidar el interior. Esta primavera la moda apunta a jardines de estilo mediterráneo, donde las plantas crecen aparentemente a su albedrío, pero dentro de un orden muy bien planificado. Las aromáticas conviven con rosas, peonías y margaritas que forman macizos rematados por helechos.

El verde predomina entre enredaderas y buganvillas que dejan espacio para una mesa confortable y sillas que invitan a sentarse para pasar la tarde al sol. Una buena orientación hacia la luz es fundamental para disponer los elementos de la terraza, azotea o rincón del jardín. Los toldos deben colocarse estratégicamente y también las sombrillas, que este año ganan prestancia. Entre las opciones más originales se encuentran las que propone la casa Sunbeam Jackie, fundada por la pareja de artistas Charlie y Katy Napier, que operan desde su estudio, una antigua tienda de cereales del siglo XII en Cornwall. Mark Homewood, de Designers Guild, y el director creativo Josie de Bank descubrieron la primera edición limitada de sombrillas, realizada en 2011 para el área de reposo de artistas de Glastonbury. Desde entonces, la firma, de una forma más que discreta, se ha hecho un nombre como uno de los fabricantes de parasoles y toldos de lujo más exclusivos de Europa. Todas las sombrillas están realizadas a mano con un cuidado exquisito de los tejidos y remates.

Flecos y borlas son algunas de las posibilidades para dar un aire diferente, y hasta un poco decadente, a espacios que persiguen una integración total con la naturaleza. Y es que un jardín mediterráneo es un espacio dedicado a la conservación de las especies autóctonas, es decir, todos aquellos seres vivos propios del lugar, ya sean plantas, animales, setas u otros organismos. El territorio ajardinado debe potenciar las plantas autóctonas, ya que éstas son más resistentes, necesitan menos agua y con pequeños cuidados ofrecen grandes resultados. Debe tenerse en cuenta que incluir plantas exóticas o alóctonas en el jardín puede requerir cuidados especiales y una atención constante, ya que pueden no adaptarse al clima y suelo en el que se encuentran. Aun así, en muchos casos merece la pena correr el riesgo. Cuando ya existe un jardín, el sentido de la lógica llama a aprovechar las especies autóctonas, que siempre encontrarán encaje con las nuevas propuestas.

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