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La alegría de la huerta

El calabacín, también en fideos

Llega la temporada de un fruto abundante y versátil en la cocina

Calabacines en crecimiento. M. RIERA

Dentro de nada aparecerán en las huertas los primeros calabacines de la temporada. Se dan estupendamente en Asturias y las plantas pueden estar produciendo al aire libre todo el verano e incluso primero o más allá de la estación si hay condiciones meteorológicas idóneas. Son de las hortalizas más fructíferas y también las que menos entusiasmo suscitan, precisamente por lo de siempre: lo que abunda, no llama la atención. Los tomates, con todos los quebraderos de cabeza que da su cultivo, son los reyes de la huerta y los más codiciados. Pero ahí está la cuestión: lograr que una tomatera dé un rendimiento razonable no es fácil y muchas veces hay que arrancar la planta sin lograr ni un solo fruto debido al temido mildiu o mancha, muy habitual en Asturias por la bruma y el orbayo de las madrugadas estivales.

Para quienes los quieran, ahí están los calabacines, que aparecen de un día para otro o crecen hasta límites insospechados en las plantas, aunque a éstas no se les preste atención e incluso se las maltrate. Es más, no hay que esperar al fruto para poder sacarle rendimiento, pues las flores también se pueden aprovechar en la cocina. No hay que temer arrancarlas, pensando que luego no salen los calabacines. Para nada. En Italia, por ejemplo, es habitual encontrar en grandes cantidades las "fiori di zucca" en los mercados y las fruterías. En España no acaba de normalizarse su cultivo y venta. Mientras esto llega, hay que centrarse en el calabacín. Para esas cosechas abundantes que se avecinan es necesario pensar en cómo sacarles partido más allá de la consabida tortilla, la crema o el carpaccio. Una fórmula que se pone cada vez más de moda es transformarlo en fideos o espaguetis. Indispensable un aparato especial para rallarlo: los hay sencillos o muy sofisticados con manivela incluida. Una vez logrados los fideos, las recetas son infinitas. Unas ideas en frío: con tomates cherries, sal gorda, pimienta y aceite de oliva virgen extra, o con pesto de aguacate, limón, albahaca y nueces. Plato fresco para el verano y ligero. No es pasta, no... Pero habrá que conformarse.

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