Gregorio, un banquero muy conservador, merengue y de carácter arisco, tiene que cumplir la última voluntad de su esposa fallecida: pasar un fin de semana con sus hijos y sus parejas en Sanlúcar de Barrameda para esparcir sus cenizas en el río Guadalquivir. Hasta ahí, todo parece indicar que nos vamos a encontrar con un drama puro y duro, pero nad a más lejos de la realidad porque cuando conocemos a la "familia" la comedia llama a la puerta porque Gregorio no puede ver ni en pintura a sus "yernos"...