El virtuoso violinista Yuri Nasushkin sintetizó anoche el sentir de la sociedad asturiana, antes de iniciar un pequeño concierto en ese Atrio de la Ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias ahora gobernado por el "Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco". "Cuando pienso en Plácido Arango, la primera palabra que me viene a la mente es generosidad, y el segundo es amor", afirmó el músico, antes de dedicar al empresario astur-mexicano, allí presente, una pieza de Bach. Un pensamiento, el de Nasushkin, compartido por todas las personas que acudieron al museo para asistir a la inauguración de la gran muestra con las 33 obras maestras del arte español que Arango ha donado -en memoria de sus padres, Jerónimo Arango Díaz y María Luisa Arias Fernández- a la institución.

El presidente del Principado, Javier Fernández, anticipó las palabras de Nasushkin y las amplió, antes de visitar la muestra, añadiendo la humildad a la ecuación: "Arango siempre dice que está agradecido a Asturias y que está en deuda con la región, pero en realidad es el Principado de Asturias, y todos los asturianos, los que estamos en deuda con él, por esta vinculación con Asturias y con esta muestra de mecenazgo".

Pero el empresario astur-mexicano también hizo gala de ese amor, por el arte, por la cultura y por Asturias, al reclamar una mayor implicación pública para el Bellas Artes, ejerciendo ya como Patrono de Honor de la institución: "Ojalá esto ayude a la colección que tiene este museo, que es maravillosa. A ver si incita a un esfuerzo mayor por parte pública para reforzarlo, que hace buena falta, en cuanto a medios".

Una donación extraordinaria y de alcance nacional

En la inauguración, Arango estuvo flanqueado por sus más estrechos amigos y colaboradores. Empezando por su pareja, la escultora Cristina Iglesias, quien además integra la nómina de artistas representados en la donación. También acompañaban al empresario tres figuras clave en la gestación de la donación como fueron Marilyn Orozco, conservadora de la colección Arango y Javier Barón, conservador del Área de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado, y el expresidente del Principado Pedro de Silva.

Otro buen amigo de Arango, Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, hizo una precisa valoración de lo que supone la donación para la pinacoteca asturiana: "Es fabulosa, y servirá para enriquecer aún más los fondos de un gran museo como este, que ya tuvo la fortuna de tener una gran donación hace años, la de la familia Masaveu. Además, la donación de Arango refleja muy bien, mejor incluso que la que hizo al Museo del Prado, las inquietudes como coleccionista de Plácido, ya que incluye obras antiguas y contemporáneas".

"La donación de Plácido Arango al Museo de Bellas Artes de Asturias tiene una trascendencia que supera las barreras de la autonomía: es un enriquecimiento para las colecciones públicas a nivel nacional", afirmó Javier Barón, coautor además del catálogo de la muestra. Según explicó Barón, que guió una visita a las obras, la donación Arango sintetiza "la aspiración a la excelencia del donante y del Museo de Bellas Artes". Una aportación que además cuenta con otro beneficio, ya que permite restituir a las colecciones públicas españolas muchas obras que habían salido de España y que el empresario astur-mexicano había adquirido en el extranjero. "Esta magnífica donación permitirá cubrir lagunas de la colección del museo y reforzar de manera excepcional otras áreas que, si bien ya estaban representadas en la pinacoteca, ahora tienen una mayor presencia", añadió el director del Museo de Bellas Artes, Alfonso Palacio, quien anticipó que la exposición podría prolongarse más allá del 22 de julio, y quedar hasta agosto. La muestra se abre hoy al público general.

Tanto Barón como Palacio incidieron además en que una parte de las piezas, en concreto doce, permanecerán en el museo tras la clausura de la muestra. Será el propio Arango el que anuncie qué obras se quedan en Oviedo. El resto pasarán a integrarse en las colecciones del Bellas Artes a la muerte del donante. Arango, además, no cierra la puerta a futuras donaciones. "Seguramente que sí", afirmó, al ser cuestionado por esta posibilidad, "pero ya las harán mis hijos, espero", añadió, con una sonrisa cómplice.