La muestra con las 33 obras donadas por Plácido Arango al Museo de Bellas Artes de Asturias es, sin duda alguna, la gran exposición del año en la región, tanto por su significación, ya que esas obras pasarán a ser propiedad de todos los asturianos tras el fallecimiento del donante, como por la calidad suprema de todas las piezas.
El inicio del recorrido, en el patio del Palacio de Velarde, está marcado por la presencia, en el centro de la sala, de una de las piezas más modernas de la muestra: una excepcional escultura de Cristina Iglesias. En torno suyo, en las paredes del patio, se disponen las piezas de pintura de los siglos XV y XVI que incorpora la donación.
Antes de salir de este espacio y recorrer las salas contiguas, es preciso pasar por la monumental escalera que conecta el patio con el primer piso del palacio de Velarde. Sólo con asomarse, el visitante aprecia el impacto visual que supone la presencia, en un descansillo, de una de las piezas más icónicas de la donación: "Una procesión en la catedral de Oviedo", extraordinario paisaje romántico de Genaro Pérez Villaamil. Un cuadro que merece la pena ver de cerca.
En las dos salas anexas al patio se exponen, respectivamente, las pinturas de los siglos XVII a XIX y la primera parte de las piezas del XX. En la primera, la imponente presencia del "Retrato del infante P. Bustos de Lara", del gran Francisco de Zurbarán, domina el espacio desde su privilegiada situación al fondo de la sala. En la sala contigua, con la primera selección de obras del siglo XX, el mayúsculo retrato de "Buffalo, cantor de Montmartre", de Ignacio Zuloaga, abre paso a una selección que incluye piezas maestras de Solana, Equipo Crónica, Tàpies, Pablo Palazuelo, Eduardo Arroyo y el escultor Juan Muñoz.
Las cuatro obras restantes se exponen en la Ampliación. En las salas 26 y 27, imbricadas en la colección, se exponen las piezas de Josep Guinovart, Rafael Canogar y Darío Villalba. Y gobernando el Atrio está el "Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco", otras pieza clave de una donación extraordinaria.
Así fue el montaje del Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco
