Cuando Samu Fuentes imaginó la historia de Martinón, el solitario alimañero que, con los rasgos de Mario Casas, protagoniza "Bajo la piel de lobo", los planos con los que la iba construyendo eran plenamente asturianos. El cineasta noreñense, guionista y director del filme, ni podía ni quería escapar de sus raíces, ni de esa luz asturiana que enamora a los directores de fotografía. Por eso, cuando el proyecto cobró forma y se empezaron a buscar las localizaciones, Fuentes insistió en incluir Asturias, en concreto el suroccidente, en el plan de rodaje. La historia de "Bajo la piel de lobo" transcurre, en su mayor parte, en un pueblo abandonado en las montañas. Era Muro de Bellos, un pueblo deshabitado del Sobrarbe, en Huesca. Pero un tramo imprescindible del filme, el valle al que Martinón baja en primavera, está construido con parajes de Santa Eulalia de Oscos, Taramundi, Villayón y Pesoz. El cineasta asturiano nos guía por esas localizaciones.
