La organización del XI Campeonato de Asturias de Pinchos y Tapas - que patrocina LA NUEVA ESPAÑA- apuesta por la discreción y promueve una competición con igualdad de condiciones, cuyos finalistas se conocerán mañana. Lo recalcó ayer en Avilés, Iván de la Plata, el director del certamen. "Este año hemos superado un nuevo récord de participantes. No hay ningún campeonato como este en España", añadió con satisfacción. Es normal: 163 platos de un solo bocado quieren convertirse en el mejor del Principado. "Cada vez son más".

El martes pasado 17 equipos recorrieron toda Asturias para seleccionar a los finalistas; todos sincronizaron sus relojes para empezar y terminar a la misma hora. De esta exploración por toda la provincia salieron los quince platos que se cocinaron ayer tarde en directo en las instalaciones del Hotel Palacio de Ferrera, el campo en que se disputó la final.

Cada seleccionado se plantó en Avilés y preparó un plato que sirvieron los camareros del hotel. Mientras tanto, todos aguardaron fuera de foco, en la cocina. Ninguno de los jurados podía conocer al autor del pincho. Al final de la contienda los cocineros salieron a escena, pero la suerte ya estaba echada. La organización promete desvelar el triunfador mañana sábado y el martes celebrará la ceremonia de entrega en el teatro Palacio Valdés.

Así que, ayer se jugaron el todo por el todo ante una decena de jurados con más estrellas (Michelin) que el cielo. Y, además, con una exigencia subrayada. José Carlos Capel, de la Academia de Gastronomía, resumió : "He observado una exagerada originalidad". Como casi todos los años.

Pinchos en decantadores, en nasas y hasta en joyeros

Hubo pinchos que se presentaron bajo maquetas de nasas , en decantadores de vino y también en estuches de joyas. "Hay que volver a la naturalidad", animó Capel, reconocido crítico culinario. Él y Julia Pérez -también de la Real Academia de Gastronomía- fueron los dos únicos no profesionales de la cocina ayer en la final del Campeonato de Asturias de Pinchos y Tapas. La lista de jurados la completaron chefs de relumbrón: entre todos cosechan nueve certificados de la mejor guía gastronómica del mundo. O sea, Gonzalo Pañeda, de Auga; Esther Manzano, de La Salgar; José Antonio Campoviejo, del Corral del Indiano; Isaac Loya, del Real Balneario; Pedro Morán, de Casa Gerardo; Javier Uz, de Arbidel; José Antonio González, del Nuevo Molino (Arce, Cantabria) y Ricardo Sotres, de El Retiro.

Pañeda explicó: "Las tapas están muy pensadas y trabajadas, a veces, sin embargo, más la presentación que el sabor". Pese a ello, dio un voto de confianza a los creadores que presentaron a escrutinio público su trabajo: "El nivel es alto". De hecho, las quince partieron del aprobado. Lo que hicieron ayer en Avilés fue "sacar nota". De la Plata explicó el método: cada uno de los diez jurados puntúa entre 5 y 10, se eliminan las notas más bajas y las más altas y se hace una media con las que quedan. El que más tenga será el vencedor.

La mayoría de las quince tapas en juego echaron mano de los productos del mar. "El Cantábrico es nuestra mejor despensa", señaló. "El mar siempre es un acierto", destacó el cocinero de Gijón. El salón Principado del Palacio de Ferrera, al término de lal contienda, olía un poco a puerto de mar.

Los diez jurados estaban sentados en torno a una mesa en U: el banquete de los caballeros previo a la batalla. O el tribunal impertérrito. La cola de camareros fue repartiendo cada uno de los platos a los jueces de la competición y, al final, colocaron uno de ellos en una mesa escaparate adornada con los distintos productos de otros patrocinadores del campeonato. María González, de la empresa organizadora, fue la encargada de leer las presentaciones. Escritas de su puño y letra la mayor parte de ellas descubrieron los platitos cocinados. Una sardina cien por cien ibérica, un escabeche de corvina, un chilli crab y también un sándwich de lengua estofada. También se jugaron la gloria un aguachile de vieiras, una alhaja de gambas o un pan airbag con mayonesa de ajo negro y mejillones en tempura...

La inspiración de los pinchos fue un poco proustiana. Pasó, por ejemplo, con el creador de "la versión actualizada del tradicional pastel de maíz con embutido asturiano", o sea, un torto reelaborado que, a juicio del creador (en la voz de la presentadora) "nos lleva a la infancia". La comida tiene un poco de esto: enciende la memoria y la vuelve del revés.

Las dos horas largas que se pasaron los cocineros y los dos críticos probando los nuevos productos dieron también para visitas de profesionales, saludos y puestas al día. Estela Antuña, la avilesina que participó en el programa "Masterchef Kids" fue una de las que se dejaron ver en el salón-campo de combate en compañía de su padre, el empresario Carlos Antuña.

Durante este próximo fin de semana todavía es posible completar la lista de los bares y restaurantes que se presentaron a un Campeonato de un "nivel alto". "Es muy bueno que existan competiciones como esta", destacó Capel. Los pinchos finalistas se descubren el sábado y el ganador el próximo martes. Será el único, el que se lleve la gloria. Sabrá a mar. Casi seguro.