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Un camino entre pucheros

Guisos y carnes en las alturas

Pote, callos y repollo relleno son especialidades de Olga Fernández, del restaurante Del Río, en el alto del Acebo (Cangas del Narcea)

Olga Fernández Rodríguez asomada al impresionante paisaje que rodea su establecimiento en el alto del Acebo. ANA PAZ PAREDES

Uno de los lugares emblemáticos del concejo de Cangas del Narcea es el santuario de Nuestra Señora del Acebo, levantando a 1.200 metros de altitud y distante 12 kilómetros de la capital del concejo, en el alto del puerto del Acebo. Muchos son los peregrinos y los fieles que se acercan, aún más llegado el buen tiempo, a este lugar, considerado el segundo santuario más importante de Asturias tras el de Covadonga.

También es el puerto y alto del Acebo lugar de llegada de senderistas y vecinos que realizan la ruta establecida al efecto, enmarcada en un paisaje sobrecogedoramente bello y que, eso sí, en días de frío y bajas temperaturas en poco tiempo se cubre por la nieve, como ha sucedido recientemente, tal y como recuerdan Olga Fernández y José Manuel del Río Arias, propietarios del bar restaurante Del Río, establecimiento ubicado frente al santuario del Acebo, en el alto del puerto, con una larga tradición en cocina asturiana además de especialista en algunos platos propios del Occidente.

"Hace 25 años que estamos aquí. Primero lo llevaron mis padres y unos tíos y luego lo cogimos nosotros", comenta José Manuel, quien lleva la barra y el comedor, mientras que quien manda en la cocina es su mujer, Olga Fernández Rodríguez, cuya afición a la cocina y el amor por los fogones de siempre quedan patentes en las elaboraciones que sirve a sus clientes.

"Yo lo aprendí todo con mi suegra y la tía de José Manuel. Cuando me casé para aquí me vine. Me gusta mucho cocinar y, sobre todo, servir platos tradicionales de esta zona", afirma ella sonriente y con orgullo, al tiempo que recuerda que buena parte de su clientela son "personas que vienen a visitar el santuario y también mucho turismo, sobre todo en los meses de verano".

Con frío es un gustazo estar en la parte del chigre, con la chimenea encendida, mientras desde la cocina llegan los olores a comida sabia y hecha con amor a la tradición por Olga Fernández. José Manuel recuerda que por semana suelen tener un menú que varía, sin tener un plato fijo.

El fin de semana, en el menú, a elegir entre varias opciones y con un precio aproximado de 12 euros, se pueden encontrar, por ejemplo, pote asturiano, callos, repollo relleno de marisco, fabada, patatas con bacalao, ensalada de quesos, calamares, croquetas y todo tipo de carnes de la zona: solomillo, chuleta, filetes o escalopines al queso, además del cachopo tradicional. Entre los postres triunfan la tarta de turrón, los frixuelos vaqueiros, sin duda singulares, y el yogur batido con frutos del bosque.

Dada la altura a la que se encuentran es habitual que cuando nieva fuerte no se pueda acceder por la carretera y, por lo tanto, en ese caso el local está cerrado hasta que se despeja, algo que no sucede entrado ya el buen tiempo: primavera y verano. Al mismo tiempo y como varían el día de cierre por descanso, ambos señalan que es imprescindible antes de ir llamar al 665533966, tanto para confirmar que está abierto como, el fin de semana, para reservar.

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