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JOSÉ MANUEL TEJEDOR MÚSICO

"Hace un año explotó la idea de este disco en solitario"

"No nos separamos, este verano lo tenemos lleno de actuaciones con el grupo"

"Hace un año explotó la idea de este disco en solitario"

José Manuel Tejedor presenta esta noche (20.30 horas) en el auditorio de la Casa de Cultura de Avilés el disco "Miraes", su primera publicación en solitario, un salto hacia delante producto de una larga meditación creativa. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en la cafetería del complejo cultural avilesino poco después de posar con su gaita en el parque de Ferrera.

- Al empezar en la música, ¿cuál era su aspiración?

-Realmente, para mí, empezar a tocar la gaita fue un juego. Tenía como nueve o diez años. Sin embargo, hubo un punto de inflexión que fue la primera vez que viajé a Lorient, en Francia. Con 13 o 14 años me presenté por primera vez al trofeo "Macallan". Era 1987. Vi entonces que la gaita no se reducía a lo que se pensaba aquí en Asturias: el gaitero, los grupos de baile... Empezaban las bandas de gaitas, los grupos folk, pero muy tímidamente. Y, claro, de repente llegas a Lorient y te encuentras que el mundo es más ancho de lo que imaginabas, a gente que hacía con gaitas cosas que nunca habías visto y ni siquiera pensado.

- La gaita ahora mismo es un instrumento respetado, pero no siempre fue así.

-Efectivamente. Viví una época, en los años ochenta y noventa, revolucionaria para el tema de la gaita y del folclore en general en cuanto a la recuperación de los grupos tradicionales de investigación, el resurgimiento de la gaita y el respeto de lo nuestro. Se había perdido el respeto a la música tradicional y también es cierto que costó mucho trabajo cambiar las tornas. Nos tocó en gran parte educar a la sociedad sobre el valor de nuestra propia identidad.

- Otro cambio importante fue el de la afinación conjunta.

-Sí, porque tradicionalmente en Asturias no se solía tocar en grupo, salvo quizás en la zona del suroccidente. El gaitero era una figura única que iba con el tamboritero, pero que no solía tocar con más gaiteros. Las bandas de gaitas surgen gracias a las escuelas. Antes, cuando yo empecé, no se podía aprender a tocar la gaita porque ni siquiera había profesores. En el momento en que se abren las escuelas, -las de los ayuntamientos o las personales- la gente comenzó a tener acceso al instrumento. ¿Cuál fue el problema? Pues que las gaitas no estaban preparadas para las bandas porque los artesanos no construían instrumentos de modo que fueran muy idénticas. Ahí llegó la revolución de un instrumento. Y eso obligó, en cierto modo, a los constructores a dar un paso enorme en este campo.

- "Tejedor" explosionó en los noventa.

-Éramos muy jóvenes. En aquella época bares como el Ca' Beleño eran como la oficina. Sabías que te ibas a encontrar cierta gente del ambiente folk, donde podías escuchar música; la última, además. Aquello era el hervidero. A mediados de los noventa formamos un cuarteto los tres hermanos y un guitarrista. Tocamos aquí en Avilés. Estuvimos fogueándonos mucho hasta que grabamos el primer disco. Contactamos con el sello Resistencia, una editorial muy fuerte en el folk. Entramos en una recopilación y, después, tuvimos disco propio, con la formación actual.

- En Avilés siempre han sido profetas.

-A nivel de público, la verdad es que sí. En Avilés nos adoran, pero esto es recíproco, no tenemos palabras para expresar agradecimiento. Intentamos hacer las presentaciones en Avilés. Somos muy de casa, sigo viviendo en Avilés y no pretendo cambiarme si puedo. A nivel institucional, pues una de cal y una de arena.

- ¿Cuándo descubrió que lo que tenía entre manos no podía ir para la banda, que merecía disco solo?

-Hace como un año explotó la idea del disco en solitario en mi cabeza. Tenía una cosa pendiente con Richard García, el teclista. Estuvimos juntos en San Agustín de la Florida, él, por entonces, con "Alexandra in grey". Me dijo: "Tenemos que hacer algo tú y yo. Y eso me quedó ahí, como un eco. Así que el año pasado le dije a Richard que tenía el material, la idea muy clara.

- Esa idea, ¿por dónde iba?

-Quería hacer folk, pero con otro aire, el que viene de las nuevas tecnologías. Eso es lo que aporta Richard García. Entendió muy bien la idea de lo que quería.

-No se separan.

-Por supuesto que no. Este verano lo tenemos lleno de actuaciones: con "Tejedor" y yo solo, con este nuevo proyecto. No es, ni siquiera, un paréntesis.

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