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Gastronomía

La fresa se come con la vista

Buena pinta y toda roja, claves para elegir la mejor pieza asturiana, que entra en su momento óptimo de la temporada, aunque con algo de retraso

Fresas de Candamo de temporada. JULIÁN RUS

La fresa asturiana está de temporada. O más bien, a punto de entrar en su mejor momento. Y es que este año llega con algo de retraso -como todo el mundo sabe a estas alturas- por la extraña primavera que ha tocado, con temperaturas más bien bajas, escasa de sol y muy lluviosa. Habitualmente en el mayo asturiano -"florido y hermoso", como dice el refrán- ya se dan las condiciones necesarias para que la cosecha sea buena. Pero no es así en este caprichoso 2018.

En Candamo, tierra fresera por excelencia -cuenta con un microclima especial que históricamente ha favorecido el cultivo-, llevan 40 años fijando el festival de la fruta en las primeras semanas de junio. Sin embargo, el certamen se ha tenido que celebrar -el pasado 10 de junio- sin poder mostrar la mejor cosecha. Es más, los productores, veteranos y recién incorporados, se las han visto y deseado para reunir unos cuantos kilos que poder vender y con los que concursar. La conclusión: aún es pronto, tanta lluvia y tanta nube no ha permitido que la fresa madure y crezca, a la espera del ansiado sol.

Así que las mejores piezas, las más óptimas para el consumo en cuanto a sabor, olor y aspecto, están a punto de llegar al mercado una vez que reciban la cantidad necesaria de sol -indispensable- para que el bocado sea exquisito. De momento, éste parece que llegará en los próximos días, con lo que los fresales de Candamo y el resto de huertas de cultivo asturianas recibirán esa inyección de luz.

¿Y cómo elegir las mejores piezas? La respuesta es unánime entre los productores candaminos: deben estar completamente rojas, brillar mucho, embriagar con su olor y tener las hojas completamente tiesas y aisladas de la fruta. "Hay que fijarse en el color y el rabo", dice sin vacilar Orencita Miranda, productora de Ventosa y ganadora de la "Fresa de Oro" de este año. "Completamente roja y el rabo hacia arriba", sentencia. Hay unanimidad en cuanto al color, un rojo intenso y brillante que hace que la fruta entre por los ojos. "Debe tener buena pinta", resume Jorge Sánchez, "Fresa de Plata" con su cosecha que también crece en Ventosa. Añade otra característica a tener en cuenta: "El rojo debe ser uniforme, de la pica al sombrero".

Y un consejo añadido a los que cultiven sus propias fresas: hay que arrancarlas cuando estén maduras (rojas enteras). No sirve de nada hacerlo antes, pues se frena su crecimiento y en el frutero quedará la pieza a medias de madurar. Palabra de agricultor.

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