Miguel Moro Bermúdez es de Avilés y tiene mucho mano con los cócteles, tal es así que hace unos días fue proclamado ganador del "Negroni Challenge 2018", celebrado en Barcelona y en el que participaron los mejores mixólogos del país. Miguel tiene 26 años y lleva desde hace cinco mezclando bebidas. "No todos los cócteles se agitan", aclara el avilesino mientras escancia el líquido de un vaso a otro de la coctelera, todo para una mejor mezcla de las bebidas juntas que forman un negroni y le valieron a Moro para alzarse con la medalla de oro de España en esa mezcla.
El negroni es un aperitivo, explica el coctelero avilesino, que lleva ginebra, Campari y vermú rojo. Sin embargo, Moro Bermúdez le quiso dar su toque personal, una versión como él denomina. Utilizó vermú seco, es decir, no dulce, vino de Oporto blanco y Cinar, un aperitivo italiano. Posteriormente, vierte en el vaso una tintura de tomillo, limón y frambuesa.
"Tiene la base del negroni clásico, pero es menos dulce, con más sabor a Campari", explica el coctelero mientras prepara uno. Para dar con el sabor del combinado al estilo de Miguel Moro, éste tuvo que hacer muchas pruebas. Calcula que hizo unas treinta mezclas de bebidas hasta que dio con el toque final. Entre tanta prueba y las consiguientes catas, el coctelero matizó su obra con la colocación de una rodaja de piel de pomelo en el borde del vaso.
El artista del cóctel avilesino quiso rememorar el concurso de la pasada semana. No es para menos, era su primera fase final y además, resultó ganador. Comenzó con nervios pero según iban pasando los minutos se iba relajando.
Tras una preparación de colocar los ingredientes necesarios para elaborar el negroni tuvo ocho minutos para confeccionar tres cócteles iguales, dos para el jurado y otro para la foto final.
Como ganador, el premio es un viaje por Italia, por las localidades con licores amaros (de hierbas) con visitas a bodegas de Milán, Palermo y Bormio. Moro ya conoce algo de ese país, estuvo en Venecia y en Florencia, "la ciudad en la que se creó el Campari".
Si le dan a elegir un cóctel, el avilesino prefiere los aperitivos como los spritz, americano o el manhatan. Le gusta dar su toque personal, "versionar a los clásicos", aunque tampoco se cierra a poner otros. "Hay cócteles para todas las horas. Lo primero un cóctel de aperitivo como el negroni, lo siguiente un digestivo como el gintonic o el oldfashioned, a media tarde un 'horse neck' y por la noche, los más tropicales como la coctelería tuki, que procede de la cultura polinesia y se centra en un combinado de ron y frutas", concluye el avilesino. Palabra de alguien que hace el mejor negroni del país.
