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Un camino entre pucheros

Fabes con pulpo en el Camino

Cuatro generaciones marcan la historia de Casa Piloña en Breceña (Villaviciosa), un local auténtico con mucha tradición en su cocina

Laura Cayado Venta y Esther Venta Alonso, sentadas en un banco junto a la iglesia; al fondo, su establecimiento en Breceña. ANA PAZ PAREDES

Hay quienes peregrinan de forma constante por Asturias en busca de lugares de buen comer o paisajes de los que volver a enamorarse, y otros que lo hacen con un destino marcado, como es el caso de los muchos peregrinos que, a lo largo del año, recorren alguno de los caminos que llevan hasta Covadonga. Tanto para los primeros como para los segundos un buen lugar para detenerse y comer algunos de los platos que con sabiduría casi artesanal elabora Esther Venta es Breceña, en Villaviciosa, donde está el bar que regenta junto a su hija Laura Cayado, Casa Piloña.

El establecimiento ya fue fundado por los abuelos de Esther, Ramón y Belarmina, como bar-tienda donde había de todo. "Recuerdo de niña que aquí había de todo, pero con los años la gente se empezó a marchar y hubo que ir adaptando el negocio, que luego cogerían mis padres, Avelino y Enedina", recuerda esta entrañable mujer al tiempo que elabora junto a los fogones los platos del día. Ella y su marido, José Ramón Cayado, fallecido hace quince años y para quien tiene un emotivo recuerdo, se ocuparon de este barín amable y acogedor, que fue totalmente remozado hace doce años. Junto a ella, y tan apasionada por la gastronomía tradicional como por atender con calidez y calidad a su clientela, está su hija Laura Cayado, quien se ocupa de la barra y el comedor. Ella es artífice también de algunos postres que seguro no olvidarán los más llambiones.

Durante la semana tienen un menú por 9 euros con dos primeros y dos segundos a elegir, además de postres. Entre algunos de los platos que sirven, y van cambiando, están las lentejas, garbanzos con callos o bonito, patatas con arroz y chorizo, ensaladilla, carne guisada, merluza en salsa verde, o ensaladilla rusa.

Durante el fin de semana el menú es a doce euros, con elaboraciones más especiales como fabes con pulpo, fabada, cachopo tradicional, carne asada rellena, pastel de pescado, escalopines al cabrales, callos, el típico plato de la abuela con patatas fritas, chorizos y huevo, o bien unos tortos con picadillo. Por encargo preparan también arroces, cordero, cabrito y jabalí. También por encargo realizan menús para grupos a partir de diez personas.

En cuanto a los postres, además del arroz con leche, destacan su crema de limón y también la crema de turrón. En fin de semana hay que reservar en el 630200206.

Durante octubre abren sólo de viernes a domingo inclusive, y a partir de noviembre retoman su horario diario normal, cerrando sólo los lunes por descanso. Hace unos días inauguraron además y junto al bar un albergue con unas instalaciones modernas y muy acogedoras que seguro van a agradecer mucho los peregrinos que por allí pasan camino de Covadonga.

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