En pleno barrio de las Letras madrileño, el Café Central resiste al paso del tiempo, a los zarpazos de la normativa y a las modas que van y vienen. En agosto celebró 36 años en el candelero de la música en directo de la capital de España -no sin haber pasado por momentos de agobio que casi lo obligaron a echar el cierre- con una sencilla receta: buena programación, precios asequibles y un ambiente agradable al que contribuyen tanto el variopinto público que cada noche se acomoda entre sus sillas y mesas como un escenario único de altos techos, columnas de madera, paredes cubiertas de espejos y grandes ventanales que dan a la plaza del Ángel. En su origen acogió una tienda de cristales, marcos y espejos abierta hace más de un siglo y que tras cerrar a principios de los 80 dio paso al café cantante que cada noche ambienta el corazón de la capital de España y que año tras año figura en las listas de los mejores lugares donde disfrutar de la mejor música de jazz, samba, bossa nova, flamenco? Todas las fusiones musicales encuentran acomodo a lo largo del año entre sus cuatro paredes, donde el público ha podido presenciar actuaciones de grandes artistas nacionales e internacionales.
Nuevos y viejos ritmos conviven en un programa ininterrumpido de lunes a viernes, en el que los conciertos habitualmente comienzan a partir de las nueve de la noche. A esa hora llega la transición en el Central: los tranquilos clientes que han pasado la tarde al calor de un café charlando ajenos al bullicio de la cercana plaza Santa Ana han de dejar paso al público de la actuación musical que toca esa noche. Últimamente se puede reservar sitio por teléfono (en la web ofrecen un plano).
Los que recalen estos días por Madrid deben tomar nota: hasta el domingo está Perla Batalla, acompañante de giras de Leonard Cohen, su mentor; del 5 al 7 llega el sevillano Raúl Rodríguez con su fusión de afro-beat, el flamenco, la psicodelia, el son cubano...; del 8 al 11, el veterano Pedro Iturralde; y del 12 al 18, unos habituales de noviembre en el Café Central desde hace 20 años, Ben y Leo Sidran.
