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El Nussbaum y la memoria del viejo Berlín

Zille fue el ilustrador de una ciudad que ya no existe

Ilustración de Heinrich Zille con el Nussbaum al fondo.

Hay ciudades que se explican por sus cicatrices. Berlín apenas puede y lo fía a los artistas que visualizaron lo que de ella ya no existe. Heinrich Zille (1856-1929) -artista, caricaturista e ilustrador- representa el viejo Berlín, algo que en la capital alemana, tan huérfana de sus antiguas señas de identidad arquitectónicas, borradas del mapa por los bombardeos, destaca sobremanera. De hecho, a él mismo se le puede considerar una víctima del sufrimiento berlinés, ya que gran parte de su obra fue destruida o desapareció en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Lo que ha sobrevivido de su ingente trabajo procede de las colecciones privadas, de los nidos particulares y, gracias a la familia, pertenece en estos momentos al dominio público. Zille conocía perfectamente a los berlineses y, por eso, los dibujó de manera tan precisa y elocuente. El interés por su obra ha ido creciendo a partir de la década de los cincuenta, al tiempo que se descubrían trabajos inéditos del autor. Zille fue el gran maestro alemán de la escenografía urbana. Sus dibujos, como pueden ser en Portugal los de Rafael Bordalo Pinheiro, o en España los posteriores de Ricard Opisso, guardan una estrecha relación con el mundo que lo rodeó y también con las circunstancias sociales a las que casi nunca fue ajeno el ilustrador, movido por la curiosidad y el sentido crítico, desde las páginas del semanario satírico Simplicisimus.

En Alemania busqué reproducciones de trabajos de Zille por algunos lugares, desde las series de aguadas y acuarelas dedicadas a los bailes de máscaras, aquellas otras que tienen que ver con la difíciles condiciones de vida del pueblo y las que han quedado para el recuerdo y la nostalgia de los veteranos, como las postales. Por ejemplo, el mercado navideño en Arkonaplatz, o el famoso restaurante Nussbaum. Zille era un gran publicista, incluso antes de conocerse la publicidad tal como ahora la entendemos. El Nussbaum nació en el viejo Nikolaiviertel, reconstruido tras las guerras y donde permanece, tras haberlo levantado prácticamente de nuevo, después de 500 años según reza en la publicidad. En el reconstruido Nussbaum, como en el resto de las cervecerías y restaurantes de lo que era el casco histórico berlinés, se comen descomunales codillos de cerdo en salmuera ( eisbein) con col agria y puré de guisantes; carne de ternera con rábano, hígado asado con manzana y kasseler, filete de cerdo con repollo, además de ganso en grandes ocasiones.

Zille era un asiduo del viejo local.

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