Los frutos rojos han dejado de ser salvajes para instalarse en las huertas caseras. En Asturias incluso han dado un paso más en los últimos años hasta convertirse en un negocio gracias a los grandes cultivos que crecen poco a poco en comarcas como la del Bajo Nalón o por fincas del Oriente y del Occidente, en las que los arándanos se llevan la palma. Muchos sostienen que su producción ha tocado techo en la región y ahora toca consolidarla y buscarle acomodo en el mercado. Eso es tarea de los productores profesionales, porque los caseros lo único que tienen que hacer es tener en cuenta unos sencillos y básicos consejos para lograr tener una más que considerable cosecha en los próximos meses.
Ha llegado el momento de instalar las plantas nuevas en la huerta o en el jardín (también en macetas) para que empiecen a crecer, o revisar las de la temporada anterior (si es que se conservan) y ponerlas a punto.
Son múltiples los consejos y precauciones que se dan para cultivar arándanos y frambuesas -los más extendidos en Asturias-, sobre todo, para los profesionales. Pero al final todo es más sencillo y con un poco de maña (y quizás suerte, pues la meteorología es la que es) se logrará una más que abundante cosecha entre el verano y el otoño.
Los que se estrenan lo tienen fácil: en las tiendas hay plantones a la venta, principalmente de arándano y frambuesa. Muchos vienen ya con brotes e indicaciones. A tener en cuenta: si se plantan directamente en la tierra el sitio ha de regarse previamente, hundir bastante la planta (para que cuando crezca el arbusto tenga buena sujeción) y buscar un sitio algo resguardado, con algunas horas de sol aseguradas. En cuanto al número, todo depende. Pero quien sólo quiera tener unos cuantos frutos rojos que llevarse a la nevera para consumir ocasionalmente, con un par de arbolitos tendrá bastante. Porque de producir, tanto frambuesas como arándanos se multiplicarán milagrosamente a diario. Hay que recolectar un día sí y otro también. Luego, en la cocina, las opciones son varias: solos al natural, con yogur o derivados lácteos, en mermeladas (si están muy maduros y si quiere tener conserva casera en invierno), postres...
